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En Defensa de Federico

May 29, 2008

Sirva este breve comentario como alegato final en defensa de la libertad de expresión. Prefiero no ampliar el post anterior y escribir uno nuevo. Debo matizar algunas ideas y explicar otras.

Dice el Código Penal (desastroso) de 1995 sobre las Injurias:

Artículo 208.

Es injuria la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.

Solamente serán constitutivas de delito las injurias que, por su naturaleza, efectos y circunstancias, sean tenidas en el concepto público por graves.

Las injurias que consistan en la imputación de hechos no se considerarán graves, salvo cuando se hayan llevado a cabo con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad.

Artículo 209.

Las injurias graves hechas con publicidad se castigarán con la pena de multa de seis a catorce meses y, en otro caso, con la de tres a siete meses.

Artículo 210.

El acusado de injuria quedará exento de responsabilidad probando la verdad de las imputaciones cuando éstas se dirijan contra funcionarios públicos sobre hechos concernientes al ejercicio de sus cargos o referidos a la comisión de faltas penales o de infracciones administrativas.

A Losantos se le imputa por injurias graves, es decir, delito de injurias, hechas con publicidad (con semejante audiencia!), vamos, estirando estirando, la cara más dura del tipo penal.

Tengamos en cuenta dos cosas: Losantos es locutor de radio, comentarista político, y Gallardón es Alcalde de la capital de España, un político con caché e impronta, conocido y ampliamente apoyado por muchos. Injuriar es tan sencillo como “lesionar la dignidad, menoscabar la fama o atentar contra la propia!! estimación” de alguien. El Derecho, por circunstancias que no vamos a valorar aquí ha consagrado estas figuras de persecución de atentados contra el bueno nombre o la imagen pública de las personas.

Si Federico, desde su micrófono, se dedicara a injuriarme a mí, con nombre y apellidos, es evidente que mi imagen ante el gran público quedaría destrozada, ya que su prestigio como periodista y opinador pesaría mucho más que mi poca fama, ni buena ni mala. La desproporción me dejaría indefenso y sometido al descrédito de mi entorno, posiblemente no más íntimo, pero si sucesivamente en capas superficiales. Que instara ante los tribunales una condena y reparación públicas para restaurar mi buen nombre, sería consecuente y razonable, es más, a todas luces, estaría en mi derecho.

Pero vayamos a la controversia en cuestión. La imagen de Gallardón es la que es. Se somete cada día al juicio de la opinión pública, cada cuatro años a los electores. Con críticas y con escándalos, Gallardón recibe apoyos mayoritarios, no sabemos si con absoluta adhesión, o como mal menor, pero así son las cosas. Federico, desde la Cope, puede decir lo que quiera sobre él (no hablamos, por supuesto, de imputación de delitos concretos, tipificado como Calumnias, a sabiendas de su falsedad; si creyera que es cierto, lo primero que hay que hacer es denunciar ante las autoridades, y luego contarlo). El crédito personal y profesional de Federico es el que es, así como Gallardón tiene su buen nombre y su prestigio. Político y locutor, su relación e intercambio de impresiones es básica y fundante para el orden democrático y de libertad en el que vivimos. El Poder debe ser controlado, con respeto, pero con furia. Los ciudadanos asisten al espectáculo político mediático y deciden. Esa decisión no puede ser corregida ni por un procedimiento penal, ni por una sentencia. Si alguien un político cree que su imagen se está viendo menoscabada por las injurias de un periodista, que se cuide muy bien de adecentarla, porque la gente manda, y cada cual decide libremente a quien creer en cada momento.

La reparación, a estos niveles, es inútil y contraproducente. Cercenar la libre expresión de un periodista trae peores consecuencias de los réditos pretendidos. Gallardón, y todo político, ha de soportar la crítica y demostrar, en su caso, su categoría personal, haciendo caso omiso a lo que considere injurioso siguiendo con su quehacer.

Es evidente que los medios de la izquierda claman por la quema de brujas. Buscan el cierre de la Cope, el hundimiento de Libertad Digital, el descrédito de El Mundo, la defenestración del resto de medios… ellos funcionan así, es su sino, su forma de ver el mundo y la dinámica social. No toleran al adversario, si pueden, lo degüellan. Gallardón se sirve de esos medios, es la oveja negra, y a mucha honra, del PP, de la Derecha Derechona, de todo lo malo y rancio que algunos pretenden presentar ante la opinión pública. Gallardón participa de ese sofisma, lo alimenta, obtiene votos de él, de hecho, su papel en el partido es ese, en todos hay uno, o unos cuantos de su condición. Esto es política.

Federico no debe basar su defensa en apoyar la veracidad de sus palabras. Federico debe defenderse como estandarte, en este caso de persecución, de alborozo de la izquierda sangrante y mediática, de toda libertad de expresión legítima. No es lo que dijo, sino el hecho mismo de que pudiera decirlo. Si Gallardón vence, abierta estará la veda. Pero no seamos ilusos, siempre se hace sonar el cuerno cuando los que corren delante de los perros en la mira de las escopetas no son de izquierdas, sino todo lo contrario.

Saludos y Libertad!

 

7 comentarios leave one →
  1. May 29, 2008 1:50 pm

    Me parace muy distinto pedir un cambio en la COPE que un cambio en Libertad Digital. Libertad Digital se financia con dinero privado y me parece fenomenal que exista, no estoy de acuerdo con nada de lo que se dice allí, me paso de vez en cuando porque es bueno leer aquello con lo que no comulgas y me parece fenomenal que exista.

    El caso de la COPE es diferente, se financia con dinero de la Coneferencia Episcopal que debería ser sensible a las opiniones de todo tipo de cristianos, y no a las de unos muy concretos. Me parecen dos casos muy diferentes.

  2. Antonio permalink
    May 29, 2008 4:02 pm

    Javi, perdona, pero te aconsejo que te leas el siguiente artículo de César Lumbreras, para que veas que tus ideas sobre la financiación de la Cope están equivocadas.

    http://www.larazon.es/42106/noticia/2/El_dinero_de_la_Iglesia_y_la_Cope

  3. May 29, 2008 4:07 pm

    La COPE es una de las emisoras de radio españolas que más libertad da a sus locutores. Me parece absurdo pretender que los locutores de la COPE sean algo así como representantes de todos los cristianos, incluso de los que votan al PSOE. Cada locutor tiene su opinión y, en este sentido, la COPE se ha convertido en un referente para quienes buscamos un medio libre en medio de este panorama de medios serviles con el poder. Ojalá no cambie.

  4. Mikimoss permalink
    May 29, 2008 5:28 pm

    «Gallardón, y todo político, ha de soportar la crítica»

    Eso sí, los insultos y las injurias no. Por eso están penadas y Losantos deber pagar por proferirlas.

  5. Terminator permalink
    May 29, 2008 8:28 pm

    La COPE se financia privadamentea si que chaval no digas mas chorradas que se te veo la pluma fascista.
    Por lo demás, mucho peor que insultar es manipular;

    Decir que hay terroristas suicdasa sabiendas que es mentira para ganar unas elecciones es infinitamente peor y merece llevar escolta de por vida.

  6. Kaledos permalink
    May 30, 2008 1:28 am

    A mí cuando se habla de medios libres o periodistas independientes me entra la risa floja. Y meto en el saco a todos los medios privados o públicos. Habrá algunos que se acerquen más a la ideología de cada uno, pero creer que existe una prensa independiente y libre es como creer en los Reyes Magos.

    Y cuando se aduce defender la libertad de expresión para ganar más poder mediático y por ende, económico, para presionar a los políticos, pues como que lo mismo. La prensa, ese quinto poder. Detrás del juicio, lo que se mueve entre las bambalinas, es que haya coincidido con la guerra interna del PP y la jugarreta de Aguirre, Zaplana y Acebes, que han dejado con el culo al aire a Losantos, es un movimiento imprevisto en el que claramente Losantos ha salido perjudicado, porque da la sensación de que no tiene el poder que se creía. Esto puede traer cola, pero no por la libertad de expresión, sino por el reparto de poder mediático dentro de la derecha.

    Del Ideario de la COPE: «En la expresión de opiniones propias y ajenas, la COPE observará como regla de estilo el respecto (sic) a las personas y el diálogo civilizado, rehuyendo el apasionamiento unilateral y la crítica sistemática»

    ¿Cuántas querellas lleva Don Federico por injurias? ¿Ese es el «respecto» que proclaman desde la CEE? Si las crítica a Gallardón, día sí y día también, no es sistemática, entonces creo que deberíamos de cambiar el significado de las palabras o que la COPE se busque otro ideario. Algo como «Nuestro ideario se basa en la rentabilidad económica» que es lo que viene a decir el artículo de Lumbreras: Si hay cristianos que dudan de poner la X en la casilla porque no os gusta la línea editorial de algunos programas porque no coincide con la moral cristiana no os preocupeis, que la COPE se autofinancia.

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