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L. von Mises. La Acción Humana

octubre 9, 2008

 

Tratado de Economía escrito en inglés en 1949, refundando el Nationaloekonomie. Debemos analizar La Acción Humana desde varios puntos de vista, sin perder el referente de la motivación de Mises, su actitud y rigor intelectuales, así como el acierto logrado en su sistematización teórica. Semejante monumento a la teoría económica sirve como colofón de toda una vida dedicada a la profundización de los conceptos y teoremas logrados por sus predecesores y maestros de la Escuela Austríaca.

Mises se vio en la necesidad de generar una nueva ciencia, la ciencia de la acción humana o praxeología, propiamente dicha, como un enunciado autónomo capaz de alcanzar el puesto que le corresponde dentro del abanico de las ciencias sociales. Su brazo más desarrollado es la economía, en la que él mismo, pero antes sus predecesores austriacos, habían formulado principios metodológicos y epistemológicos fundamentales. El subjetivismo, el individualismo metodológico, el método lógico deductivo, son las formas óptimas para el estudio económico.

Mises recurre al dualismo metodológico como estrategia intelectual. Cubre sus espaldas, como buen utilitarista, advirtiendo que sus afirmaciones se basan en lo que actualmente es conocido, no pretendiendo pecar de racionalismo extremo, ni siquiera, al emitir sus enunciados praxeológicos.

Sintetiza los aciertos científicos de sus antecesores, unidos a los suyos, advirtiendo que en la construcción teórica pretendida, todo debe emanar de un punto irrefutable y no contradecible, un axioma. La acción humana es el punto de partida, el principio que no cabe negar sin caer en contradicción, la piedra sobre la que levantar su teoría. De forma satisfactoria engarza los elementos y crea un sistema ordenado, sistemático, científico. Su superioridad epistemológica y metodológica es evidente, sus resultados permiten al economista analizar la realidad, la acción del ser humano, las ideas sobre las que es formulada esta parcela de la ciencia social, con un resultado incuestionable, lógico deductivo, produciendo leyes praxeológicas perfectas. Ese es el mérito misiano, es la gran obra de su Acción Humana.

Él mismo previene la crítica por fatal arrogancia mal entendida, por un racionalismo extremo no coherente con su tónica intelectual general. Mises es un utilitarista que se da cuenta de que la ciencia económica es manifiestamente apriorística, lógica. Bandea entre su doble posicionamiento y reitera, antes y después de finalizar su magna obra, bases epistemológicas que le permiten estar y no estar, pecar sin pecar. La acción humana como movimiento deliberado del Hombre en pos de mejorar un situación de malestar adoptando medios subjetivamente considerados, ejercido dentro de un tiempo subjetivo, praxeológico, siguiendo fines que son valorados, como los medios, subjetivamente.

Puede que muchos adviertan carencias, que pretendan corregir la definición. De ella deriva el orden praxeológico, la tentación es evidente. Pero Mises previene: es de esta idea de acción, de este axioma que no cabe negar sin contradecirse a sí mismo, del que emana una teoría económica, una serie de leyes de tendencia que no cabe refutar siempre y cuando los razonamientos lógico deductivos se hayan practicado sin errores. De aquí obtenemos la verdadera ciencia económica, frente al historicismo, el positivismo o el cientismo. Los resultados son evidentes, por lo que tratar de corregir por el mero hecho de buscarle las cosquillas al maestro, no es más que incurrir en un manifiesto ánimo lesivo, sin más.

Mises en Teoría e Historia cubre los flancos de su praxeología, de su método y actitud epistemológica. En nuestra humilde opinión, La Acción Humana y la praxeología satisfacen, tal como están, el rigor científico fundamental, si bien es cierto, y como el propio Mises invita a hacer, puede que en el futuro quepa aportar y matizar

.Las palabras de Rothbard ilustran sobre el mérito y contenido de la Acción Humana:

“Human Action era precisamente lo que se necesitaba, la ciencia económica toda, elaborada partiendo de sólidos e inconmovibles axiomas praxeológicos, centrada en el análisis del hombre que actúa, que persigue objetivos específicos y diversos, bajo las condiciones objetivas de este nuestro mundo real. Disciplina deductiva, que va sucesivamente exponiendo las lógicas implicaciones que del actuar humano derivan (…) Se había, al fin, escrito aquel completo análisis científico, que tanto se añoraba, pero que parecía improducible. Era una obra cabal y cumplida, íntegramente racional, el tratado, hasta entonces, ignoto. Por primera vez, iba a poder estudiarse la economía de la acción humana”.

Continua diciendo que “Human Action aporta además metodología crítica de los hoy tan en boga sistemas estadísticos y matemáticos (…), sistemas que prácticamente han excluido el lenguaje y la lógica discursiva del análisis económico. Mises justificaba así la postura anti-matemática de clásicos y austriacos (…). Porque las tan sobadas ecuaciones, en el mejor de los casos, lo único que describen es aquel mundo intemporal, estático y fantasmático de la economía en equilibrio general, en uniforme giro. De ahí que las matemáticas, en el terreno económico, no sólo resulten inútiles, sino además engañosas, tan pronto como se apartan uno de aquel imaginario Nirvana de la regular economía, pretendiendo, en cambo analizar la realidad que nos circunda, ese mundo donde el factor tiempo opera, donde hay anhelos, donde se hacen planes, donde éxitos se cosechan y fracasos de padecen”. (Lo esencial de L. von Mises)

Hacemos nuestras las conclusiones rothbarianas y finalizamos este apartado destinado al tratado básico que todo economista debería conocer y estudiar, es más, toda persona que pretenda considerarse instruida y culta tendrá que haber leído antes la Acción Humana.

6 comentarios leave one →
  1. octubre 9, 2008 7:15 pm

    Yo estoy leyendo algunos capítulos de la Acción Humana y me parece un libro portentoso, soberbio y magníficamente escrito.

  2. Nightcrawler permalink
    octubre 10, 2008 2:59 am

    Hoy, 10 de octubre, se cumplen 35 años de la muerte de Mises.

    Gracias, Yosoyhayek, por esta semblanza del maestro. Como te dije hace una semana, estoy en proceso de «empape» y espero que sea fructífero. Seguí tus consejos y ahí estoy dándole a Huerta de Soto gracias a tu bitácora y otras fuentes.

    Gracias de nuevo.

    N.

  3. octubre 10, 2008 11:44 am

    Gracias a ti, hombre! Para eso existe esta bitácora.
    Saludos! 🙂

  4. antonio permalink
    septiembre 3, 2011 6:34 pm

    es sublime este libro

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