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ECOLOGÍA DE MERCADO


LA TRAGEDIA DE LOS BIENES COMUNALES: ECOLOGÍA DE MERCADO…

Frente a la incongruente retórica “ecologista” viene desarrollándose desde hace años una decidida apuesta por la elaboración de una teoría sobre la ecología de mercado. Relacionar economía y ecología buscando los nexos de unión entre ambas para concluir proposiciones capaces de satisfacer las demandas actuales que la sociedad exige a las ciencias sociales en lo referente a la interacción del ser humano y el medio ambiente en el que habita.

Muchos son los mitos y tópicos que rodean este campo de análisis y pensamiento. La corriente principal de investigadores dedicados a él pertenece mayoritariamente a un ideal social anticapitalista, heredero de las mezquindades intelectuales del socialismo con manifiestas segundas intenciones guiando el desarrollo de sus trabajos y teorías.

El colectivismo intervencionista y liberticida ha invadido sin reparos y con absoluta impunidad una rama del saber que sin duda hoy en día merece especial atención y desarrollo científico. No hablamos aquí de la investigación que pueda realizar el científico natural, sino de aquello sobre lo que el científico social debe dirigir su atención, en la medida en que la acción humana modifica los elementos preexistentes de su entorno natural y de cómo realizar un cálculo económico racional respecto a las consecuencias de la misma, especulando y arbitrando decisiones tratando de abrirse camino entre la inerradicable incertidumbre que nos acecha estableciendo instituciones capaces de generar certezas donde antes no las había. 

Es curioso comprobar cómo el discurso conservacionista ha adquirido tintes providencialistas tomando a la naturaleza como elemento estático e independiente sobre el que el Hombre sólo es capaz de infringir un ilegítimo daño. Entienden estos ideólogos de una nueva divinidad que la Tierra es tal y como es y así debe permanecer, aislada de cualquier intromisión racional. El hombre, como ser racional, dispone de la facultad de perturbar un “equilibrio perfecto” en el que el resto de seres conviven sin maldad. El hombre por tanto no es equivalente  a cualquier otro actor del medio natural, de hecho, por ser el único actor, el único que remueve los elementos pretendiendo corregir situaciones de malestar sustituyéndolas por otras consideradas subjetivamente más favorables, introduce un elemento perverso, artificial, egoísta.

Creen estos agoreros de la madre tierra que el hombre es eso, artificial, impuro, como un virus que todo lo corrompe, que atenta contra un orden estático introduciendo un dinamismo perverso digno de ser extirpado. Con estas bases, todo su razonamiento, aunque lo nieguen, está viciado de origen. No pueden tratar de vender al gran público que su  lucha es por el bienestar del ser humano cuando es este el origen de su ira.

Muy al contrario de estas tendencias, de socialismo reciclado con las mismas bases inhumanas y arrogantes de siempre, surgen los auténticos ecologistas, aquellos que sí estudian la relación el ser humano con el medio natural en el que habitan. Asumen que el hombre pertenece a este mundo, que su naturaleza es la que es, que su acción pretende lo que pretende y por tanto no puede negársele su propio ser en pos de garantizar un equilibrio que no existe. La naturaleza cambia, no sólo por los cambios geológicos o cósmicos, sino también por los efectos que determinados seres infringen en el medio. Todos y cada uno de los seres que habitan y han habitado el planeta han modificado su entorno, nada permanece, todo cambia, el orden es dinámico, la coordinación natural surge del previo desajuste y cada cambio genera nuevas oportunidades para que las especies mejor adaptadas se hagan con su entorno. Esa es la lógica de la vida, no cabe negar la mayor y pretender conservar el rigor científico del ulterior análisis.

El ser humano atenta continuamente contra el medio. Cada nuevo ser humano supone un desajuste que encajar. EL ser humano tiene la capacidad de perseguir de manera deliberada fines conscientes que estima mejores para su provenir y su calidad de vida. Esa es su naturaleza, no sabe ser de otra manera. Una vivienda es un atentado contra la naturaleza, un pequeño huerto, es un sistema artificial, tecnológico de cultivo de alimentos. Un camino, aunque sea de tierra, altera la orografía, una fuente, un molino, una pequeña acequia…

En su búsqueda de nuevos medios para satisfacer sus fines de siempre y los que van surgiendo de cada descubrimiento y acción, el ser humano tiende a expandirse sin límite, dividiendo el conocimiento, el trabajo, generando eso que conocemos como sociedad extensa. Es inevitable que el ser humano altere el entorno… otra cosa es que esa intervención en el mismo sea viable en términos humanos y permita cierto conservacionismo.

Este último debe entenderse desde las preferencias concretas del ser humano en una época concreta. La idea del entorno y el interés por conservarlo “intacto” ha variado con el paso de los siglos. Es ahora, en la época industrializada, de grandes urbes, cuando el ser humano ha dirigido su atención y preferencia por disfrutar de entornos naturales aparentemente vírgenes. Conservarlos es el gusto de la burguesía. Obviamente para el agricultor o ganadero medieval poco importaba si un monte permanecía o no intacto, estéticamente bucólico. Lo que querían era sobrevivir, y si había que talarlo se talaba. Sólo al crecer la productividad del trabajo, gracias al progreso técnico generado desde el capitalismo el hombre se ha fijado y ha emprendido un gusto por conservar determinados enclaves, veranear en ellos, ser propietario de los mismos o vivir en su entorno…

Los que niegan la mayor no atienden a razones, por lo que esta conclusión les resulta insignificante, irrelevante.

El artículo ha sido titulado “la tragedia de los bienes comunes” por una razón. En esta pugna eterna entre colectivistas e individualistas se esconde el debate entre la libertad y la igualdad, la propiedad privada o la ausencia de la misma. Los bienes que no son de nadie, que son de todos, pueden ser explotados por cualquiera. De esa explotación se desprenden costes que el explotador actual, el concreto, no padece, sino que repercute al resto, en una dinámica que concluye por aniquilar la capacidad productiva del bien. Esta idea es extrapolable a cualquier actividad, sea el fin buscado alimentar al ganado o simplemente disfrutar de un día de campo con la familia. Si no están definidos los derechos de propiedad sobre todo, absolutamente todo, los retales quedarán a merced de esa irremediable condena.

En el estatismo que vivimos el ecologismo socialista, consciente de esta verdad, ha optado por entregar la propiedad de estos bienes “comunes” o recursos naturales al Estado, pero no en un sentido abstracto, sino efectivo, actuando la Administración como propietaria “diligente” y excluyente de esos bienes. El Estado, además, limita el ejercicio de la propiedad privada de los particulares en la medida que entienda afecte a determinados elementos dignos de protección.

El Estado nacionaliza recursos, regula su explotación por particulares o simplemente administra el uso privativo que pueda hacerse de ellos en casos puntuales. Espero que se entienda lo amplio del argumento. Y estamos en manos del socialismo, y su imposibilidad teórica, comprobable en la práctica, ineficiente pero además límite al desarrollo empresarial de nuevas formas de gestionar y aprovechar esos recursos sin dilapidarlos.

El empresario particular especula calculando racionalmente el valor futuro que podrán tener actuales bienes o inversiones. Este acto de especulación, de perspicacia por advertir ajustes intertemporales, arbitrar las acciones, permanece disperso, en forma práctica, tácitamente en la cabeza de todos y cada uno de los seres humanos. Cuando el Estado dispone arbitrariamente sobre un sector concreto del proceso social oscurece para e impide la innovación dinámica y constante. Anquilosa su situación generando un coste incalculable.

Si los derechos de propiedad están perfectamente definidos, o se van definiendo a medida que las innovaciones así lo exijan en cada caso concreto, es obvio que las externalidades negativas, la contaminación, por ejemplo, dejarían de ser costes de producción que el empresario no padece esparciéndolas entre los demás sujetos y propietarios. Es decir, sólo en un mundo donde los derechos de propiedad privada estuvieran perfectamente definidos y con vocación de concretarse ante los nuevos elementos y actividades, la contaminación sería soportada en exclusiva por quien la generase, es decir, no podría verterla sobre bienes comunales, aunque fueran gestionados por el interesado y poco eficiente Estado, o sobre otros particulares, que tendrían la capacidad de reivindicar la defensa de su persona y sus propiedades. La tecnología habría ido por otros derroteros, habría avanzado de forma espontánea y efectiva en la búsqueda de formas de producción menos contaminantes, más limpias. Los coches no emitirían humo por la combustión, y todo eso que hoy empezamos a vislumbrar, con un alto coste de producción estaría a años luz de desarrollo.

Las razones por las que el petróleo sigue siendo la fuente principal de energía, al menos en la automoción, son muchas, pero nunca la égida interesada de los productores petrolíferos, sino la aquiescencia del Estado con la contaminación generada a costa de la salud de los seres humanos y el deterioro del medio. Primero fueron los bienes comunales, el mar, los ríos, el aire, ahora es el intervencionismo salvavidas del Estado, que pretende emprender un nuevo socialismo, el ecologista. Mientras tanto el medio se degrada y lo seguirá haciendo, y todos padecemos costes, externalidades negativas, que bajo una definición estricta de los derechos de propiedad no sufriríamos…

Dónde está por tanto la mejor forma de salvar el medio? En el socialismo ecologista, o el ecologismo de mercado? Hemos presentado aquí principios fundamentales, un análisis científico y además hechos incontestables que en la práctica dan la razón a este planteamiento. Es obvio que la corriente principal del ecologismo no sólo se niegan a comprender la naturaleza del ser humano, sino que reniegan de ella, pretendiendo construir un mundo organizado a su imagen y semejanza que consideran mucho más eficiente que otro sobre el que cargan tintas pero que jamás ha existido. Todo lo malo que hoy padecemos no procede de una economía pura de mercado, sino del mercantilismo, el intervencionismo, la estatolatría y la falta de definición de los derechos de propiedad. La oferta de los ecologistas colectivistas es más de lo mismo, y por cierto, aniquilar en la práctica al 90% de la población mundial… en una primera fase… en la segunda, el 10% restante por inanición…

(Recomiendo la lectura, como siempre, de la Acción Humana de Mises, y de los artículos de Huerta de Soto sobre el tema: Ecología de mercado y Derechos de Propiedad y Gestión Privada, ambos en Estudios de Economía Política, Unión Editorial)

32 comentarios leave one →
  1. zadala permalink
    marzo 24, 2008 3:02 pm

    Este ha sido, que yo recuerde, uno de los mejores planteamientos del tema ecologista unido a política y economía, con absoluto sentido común, rigor, y tocando cada uno de los temas de vista.

    Yo siempre pensaré que la mayoría de corrientes ecologistas son completamente irracionales y no tienen en cuenta el entramado complejo de la sociedad. Hemos llegado hasta un punto de desarrollo que plantea problemas ecológicos, de acuerdo, pero no podemos arrasar con todo e imponer un método de vida que hoy en día resulta una utopía, como crear pequeños poblados autosuficientes o acabar con la producción industrial.
    Producciónde la cual estos amantes de la naturaleza también se aprovechan, lógicamente, porque es algo que está inmerso en el mundo.

    Y lo de que el ser humano es un cáncer que se desarrolla sin control y mata al supraorganismo llamado naturaleza me parece una ridicules. Es cierto que provocamos daños en el entorno, ¿pero qué no lo hace? Lo único que debería controlarse es aquellas acciones que perjudican innecesariamente el entorno, veo un ejemplo en la tala de árboles para la producción de papel, siendo éste un material altamente reciclable. Pero claro, aquellos que adoran la belleza de un paisaje natural suelen también elegir un papel blanco y de primera calidad antes que el antiestético papel marrón. Es aún más ilógico si pensamos que el papel es un simple portador de información, lo importante es el contenido, no la presentación. Por suerte, con los documentos digitales este problema va disminuyendo.

    Entiendo que haya gente que quiera conservar parajes, pero el crecimiento demográfico es incontrolable y la demanda de productos también. Es un tema muy complejo en el que siempre se quedarán cabos sueltos a la hora de analizarlo, pero lo que menos ayuda son las posiciones extremistas. Así no se hará daño al medio ambiente, pero qué pasa con la raza humana? dejamos autoextinguirnos?
    Este asunto requiere consensos internacionales que son difíciles de realizar y en los que el dinero siempre empañará los acuerdos. Es la realidad, el dinero mueve el mundo, y la ecología sólo se verá beneficiada una vez que la economía también lo esté.

  2. Beto permalink
    abril 23, 2008 12:44 am

    yosoyhayek, si aprovechándote del blog de Escolar no tienes más que 2 míseros comentarios, estas perdiendo el tiempo. Mejor déjalo.
    Y en cuanto al post, es la misma sucesión de argumentos falaces neoliberales ya oidos y requeteoídos: Privaticemos el ecosistema y así conseguiremos que todos sus dueños cuiden su propiedad y por tanto su parte de ecosistema (explotándolo todo lo posible, claro está)
    En principio parece buena idea, hasta que al dueño de un bosque le da por incendiarlo para cobrar el seguro o al dueño de un río le da por dejar que se lo contamine la fábrica de al lado por un módico precio.
    Siempre las mismas falacias: El estado que no me controle, que no intervenga, el mercado lo soluciona todo. Eso sí, si suben los precios, si la construcción se hunde, si el paro sube, o si el planeta se va a la mierda, la culpa es del estado, no mía
    Que morro teneis.

  3. abril 23, 2008 11:43 am

    Aha, muy bien… mira, no quiero parecer arrogante, pero lo seré por un momento… el que no tiene ni idea eres tú. Si tanto te interesa la situación económica actual date un vuelta por la página dedicada a ciclos económicos… si tan listo eres, no lo hagas, directamente ve a las fuentes, estudia, comprende y después hablamos… yo no estoy aquí para discutir con analfabetos, en serio, tus lugares comunes para tí!
    Saludos Escolar!

  4. abril 23, 2008 11:47 am

    Po cierto… qué fácil es ser anti´liberal, de la cuerda que sea… sin abrir un libro, sin manejar concepto alguno, si acaso paradigmas demostrados com imposibles y absurdos, puede uno dar lecciones a quien se preocupa por estudiar, aprender y transmitir de buena fe lo que ha comprendido de los grandes pensadores liberales… claro, lo sencillo es no saber nada y escupir o vomitar consignas… claro… así sí!
    Saludos!

    • junio 14, 2011 6:29 am

      Pensar supone un esfuerzo intelectual. Sentir és más fácil.
      Piensa en las opiniones airadas y descalificaciones como una manifestación de una cierta economía mental cortoplacista y sin visión de futuro. La profundidad intelectual es un fruto dulce, pero sus raíces pueden ser amargas.
      Quizá lo más inteligente sea el no reaccionar excesivamente a comentarios no razonados, aunque sean denigratorios.
      Buen artículo, gracias por contribuir a la difusión de las poco difundidas ideas liberales.

  5. Pro-Beto permalink
    junio 24, 2008 10:27 am

    Patético…falacia tras falacia…y creerte un sabio de la economía…ademas lleno de prejucicios…

  6. julio 9, 2008 1:46 pm

    y tú más! jajaja, vaya comentarios. Si te duele la contundencia del argumento, trata de refutarlo, pero no aspires a escupirme en la cara.
    Saludos!

  7. octubre 16, 2008 9:19 pm

    Te hecho una crítica a tu post desde mi blog. Aqui:
    http://hector1564.blogspot.com/2008/10/ecologa-de-mercado.html

    Basicamente la idea es que solución propuesta además de resultar altamente especulativa, y quien sabe si práctica, sólo se circunscribe a unos problemas muy concretos, la contaminación y la sobreexplotación, de entre los muchos que suscita el medioambiente siendo el principal, el que los subsume a todos y el que sigue sin atenderse, el de la biodiversidad.

    Saludos

  8. octubre 17, 2008 1:46 am

    No he entendido muy bien cuál es tu propuesta al respecto. Mi artículo sencillamente analiza la situación y trata de dar una explicación coherente con la realidad del proceso social, fundado en la libertad individual y la apropiación de recursos escasos. Todo lo demás me temo que caería en fantasiosos panoramas abiertamente irrealizables y contrarios con la naturaleza del ser humano. Es inviable la preservación del entorno dirigida por un ente, o varios coordinados, si esta pretende limitar la expansión social y la especulación, entendida en sus justos términos, como previsión de los rendimientos futuros de un bien. Sólo así cabe la preservación del mismo. Todo lo no apropiable acaba degradándose. Pero bueno, me remito a mi artículo y todo lo escrito sobre el tema, que es mucho y muy bien argumentado.
    Gracias por la crítica.
    Saludos!

  9. larralde permalink
    marzo 7, 2009 1:47 am

    Menudo cacao que llevas, chaval… ¿POr qué tanta gente confunde «los comunes» con los comunales? Un poco de cultura, por favor…

  10. marzo 7, 2009 10:33 am

    Ilústranos

  11. septiembre 26, 2009 9:47 am

    En un contexto sistémico, de Tragedia del Mercado, las economías funcionan de manera expansionista de forma exponencial, destruyen más valor económico proveniente del patrimonio común (externalidades) del que generan para sus intereres privados, desarrollan prácticas productivas de bienes de cosumo insostenibles (ejemp., las ex-economías estatalizadas dirigidas por tecnócratas en los paises del este de europa), producen una degradación acelerada de los ecosistemas y el agotamiento de sus recursos naturales al no considerar los límites biofísicos del entorno.

    Franz J. Broswimmer (sociólogo), señalaba, aludiendo a la capacidad de carga de un ecosistema, que “la extralimitación disminuye la capacidad de carga: transgedirla desencadena una espiral suicida hacia la nada”, pues bien la Huella Ecológica (índice de sostenibilidad reconocido internacionalmente) nos indica que hemos sobrepasado la capacidad de carga del planeta (ecoesfera) en un 30%, tal y como indica el último informe “Planeta Vivo 2008”, elaborado por WWF (World Wide Fund ), por su parte el “Índice Planeta Vivo” (IPV) nos revela que hemos perdido casi la tercera parte de la riqueza biológica y de los recursos naturales en los últimos 35 años, que como dije antes son recursos públicos o comunes.
    La Huella Ecológica evidencia la insostenibilidad de nuestros sistemas económicos actuales, una sociedad dominada por el individualismo neoliberal nos aleja de la sustantibilidad, la Tragedia del Mercado, por tanto, está servida…

    http://crisisplanetaria.blogspot.com/2009/09/la-tragedia-del-mercado-la-cara-oculta.html

  12. septiembre 26, 2009 10:13 am

    ¿Y qué propones?

  13. Sandra Fanic permalink
    diciembre 29, 2010 8:04 pm

    Cuesta no calificar con improperios la ignorancia expresada con tantas palabras.

    1.- El sistema de libre mercado y la mentirosa promesa de un mundo feliz, se funda en el «Crecimiento continuo», eso es una utopia, porque necesita de un planeta con recursos infinitos.

    2.- La predica de los libremercadistas es solo una falacia, es como el engaño (estafa) conocido en algunos paises como «la piramide», donde solo ganan los que estan en los estratos superiores.

    3.- Otra alternativa seria, decretar la privatizacion de todo y el no crecimiento de la poblacion. Cosa imposible.

    4.- Solo me consuela saber que tu estupida mentalidad sera cambiada, por los cambios climaticos, los super huracanes, las sequias, las aguas contaminadas por las empresas que tanto defiendes……entonces, se que ambos nos extinguiremos, pero yo morire con mi conciencia en paz, en cambio tu moriras revolcandote de culpa.

    • diciembre 29, 2010 9:09 pm

      Amén, Sandra Fa(nat)ic. Con tus últimas palabras te delatas: eres una fanática misántropa y primitivista. O algo por el estilo, me temo.
      1.- El librecambio no equivale al mundo feliz. El mundo feliz exige un pensamiento estático, limitado e irreal, más propio del constructivista que del liberal. La libertad produce cambios, quebrantos, beneficios y también pérdidas. Es lo que hay, pero es que además, sólo de un orden social libre puede obtenerse el conocimiento indispensable para coordinar y que las acciones individuales generen a su vez resultados provechosos para todos los demás.
      2.- Los sistemas piramidales proceden del engaño, no del intercambio voluntario y responsable. Sé que te refieres al tópico marxista sobre que el «capitalismo» conduce a situaciones donde cada vez menos gente tiene más, y más gente es pobre y miserable. Y yo te digo, «si monumentum requires circumspice». El marxismo, si es que tuvo algo de científico al ser enunciado, ha sido refutado por los hechos. Lo suyo sería abandonarlo por ser una teoría fallida.
      3.- De dónde te sacas que no crecería la población si «todo» fuera privativo? Que yo sepa cada familia posee su hogar y nada le impide crecer en número. Aclara eso que dices. Acaso piensas que sin zonas «comunes» no crecería la población? Es una idea inconsistente, convendría que te explicaras.
      4.- Ese consuelo tuyo te delata. Primero porque crees ciegamente en el catastrofismo, en el castigo divino, en las plagas, reproduciendo el mismo pensamiento fundamentalista de otros fanáticos. Te crees más «realista» porque tus juicios versan sobre hechos mundanos, porque confías en la hipótesis del «cambio climático» como salvaguarda científica de tus afirmaciones. Pues bien, cambio hay y ha habido siempre. Lo que se traduce de tus palabras es que consideras al Hombre único responsable del dinamismo y la variabilidad del universo, incluido el clima. Eso es una torpeza y una idea pueril, permíteme que te lo diga.
      Tomar conciencia es lo que hacen los fanáticos antes de inmolarse, antes de eliminar al infiel, que no es sino aquel que vive al margen de las convicciones que aquél defiende con fervor. Lo tuyo es religión llevada al extremo. Mundana, o aparentemente secular, diría mejor, porque resulta tan mistérica como aquella que confía en las fuerzas activas de la naturaleza, los dioses o un sólo dios verdadero, como dictador moral irrevocable.
      Si quieres discutir el contenido de este artículo, adelante, hay mucho de lo que hablar. Pero te pido que no desembarques en este blog con esa fantochería tan burda e infantil.
      Saludos!

      • Jesús Ortiz permalink
        abril 25, 2011 6:45 am

        No había visto a alguién replicar con tanta fuerza y entereza a la vez, me gusta. Por cierto, casualmente hoy estaba empezando a realizar algunas reflexiones relacionadas con las leyes de la naturaleza, entre las cuales te voy a citar algunas en vista de que cada día aumentan las voces en defensa de la ecología, pero también aumenta la expansión demográfica y además porque formamos parte de esa naturaleza, somos esa naturaleza. Las reflexiones aunque no terminadas de pensar son estas:

        El Universo se sostiene gracias a sus leyes naturales, la tierra se sostiene gracias a sus leyes naturales, no existe ser humano que intervenga para que ello ocurra.

        El Sol centro de nuestro Sistema Solar se destruirá por sí mismo por el agotamiento de los elementos que lo componen y con ella la vida conocida si es que antes no lo habremos hecho nosotros.

        El hombre paulatinamente está obteniendo el poder para intervenir en las leyes naturales, si lo hace lo llevará a su destrucción.

        A lo mejor alguién diría voy a desafiar, voy a luchar contra las leyes naturales, lo cual es un exabrupto, ellas siguen su curso natural, no se detendrán hasta su final natural a menos que sea acelerado por la intervención del hombre.

        Todas esas reflexiones porque creo en el orden espontáneo, en las leyes naturales del cual formamos parte, pero el hombre único ser viviente con un poder soslayable de ir adquiriendo conocimiento a través de la experimentación científica tendrá en algún momento que controlar moralmente variables o procesos que atenten contra la vida misma. El problema es que ciertos descubrimientos puedan caer en manos equivocadas. Bueno en realidad creo que todo esto ya está pasando pero hay mucho desconocimiento. Me gustaría tus opiniones al respecto y gracias de antemano.

  14. Vlado permalink
    diciembre 16, 2011 2:27 am

    Tengo una pregunta, dado que es imposible privatizar el aire, ¿como demonios puede evitarse que los particulares contaminen el aire sin la intervención de un representante común (el estado)?

    Esto no tiene que ver con la ecología pero, ¿has leido acerca del dilema del prisionero alguna vez? tu sabes ese dilema de la teoria de juegos comprobado matemáticamente donde si todos actuan racionalmente de forma individual se obtiene el peor resultado posible.

    Ojalá me puedas contestar colega!
    Saludos.

  15. Bastiat permalink
    diciembre 16, 2011 9:32 am

    Pues muy fácil.

    Primero hemos de definir qué es contaminar el aire.

    La expulsión de CO2 no es contaminar el aire, si no tú serías un contaminador nato.

    ¿Quién determina qué es contaminar el aire….?

    No es necesario que lo haga el Estado, lo puede hacer un juez que dictamine mediante los análisis y estudios técnicos que se encarguen para tal fin.

    Y segundo, si tu vecino está contaminando el aire y tu eres perjudicado directo de esa contaminación, tal y cómo se ha definido y determinado qué es contaminar el aire, puedes denunciarle por daños y perjuicios.

    • Vlado permalink
      diciembre 16, 2011 5:02 pm

      Tu deberías saber que el CO2 requiere formar un balance dentro de la composición quimica del aire, ni demasiado ni muy poco, y en efecto, yo produzco CO2, tu también y las vacas que devoramos producen metano en grandes cantidades. Sin embargo, esa es producción de supervivencia de modo que no puede evitarse (aunque podriamos ser vegetarianos) luego podemos decir que contamina quien emite gases invernadero por ahorrarse gastos, que es lo común de las corporaciones, no es que sea tan dificil contaminar menos, simplemente la gente que es dueña de las grandes empresas no desea invertir dinero en hacerlo.
      Ahora me parece que muchos argumentos liberales son bastante cándidos por decir lo menos. En el mundo capitalista manda el dinero, no es que no se haya legislado en contra de la contaminación y tal, sucede que los dueños de las empresas que contaminan generalmente tienen suficiente dinero para ser intocables. Lo poco que se ha hecho en materia ambiental en el mundo se ha hecho a través de foros internacionales como el protocolo de kyoto, que por cierto Estados Unidos presionado por su lobby empresarial no ratifico.
      Tienen un grave problema los liberales, este es concebir al estado como la única fuente de opresión y de violación de garantías individuales dentro del sistema. En el mundo de Voltaire y Rousseau casi era asi pero en el mundo actual las cosas son diferentes. Actualmente los gobiernos y sus habitantes son presas de un poder mas grande, la mayoría de los gobiernos son una mera pantomima que se mueven de acuerdo a la presión de los grupos económicos internos. Estados Unidos es uno de los mejores ejemplos de esto, ahi los fraudes empresariales estan a la orden del dia, el mas reciente ocurrido en 2009 con el beneplacito de Barack Obama que destinó una gran cantidad de recursos públicos para salvar a un grupo de bancos cuyos dueños ganaron dinerales en lugar de perder.

      En una sociedad donde manda el dinero el estado de derecho no podra existir nunca.
      Sin duda Thomas Hobbes entendió bien a los seres humanos cuando dijo «Homo homini lupus est» pues es la tendencia natural de los seres humanos, los medios pueden ser políticos o económicos pero el instinto es el mismo.
      Pues venga chavales a ser pragmáticos que las utopias liberales o socialistas no sirven para una mierda.
      Saludos.

      • Bastiat permalink
        diciembre 17, 2011 12:37 am

        Buen speach… ¿Pero qué me quieres decir con esto?

        No habías preguntado “¿como demonios puede evitarse que los particulares contaminen el aire sin la intervención de un representante común (el estado)?”

        ¿Qué tiene que ver lo que me cuentas con todo eso?

        Además… creo que si te relees…. Te contestas tu sólo.

      • Vlado permalink
        diciembre 17, 2011 3:35 am

        Lo digo en mayúsculas para que quede claro: EN UN MUNDO BASADO EN EL BENEFICIO PERSONAL Y DONDE TODOS QUIEREN MAS DINERO AL PRIVATIZARLO TODO CON SEGURIDAD LA DESTRUCCIÓN SERÍA AÚN PEOR QUE LA ACTUAL, NINGÚN JUEZ SIRVE CUANDO HAY PODER DE POR MEDIO. LA ECONOMÍA ACTUAL CARECE DE SENTIDO ES UNA ECONOMÍA QUE ES NO ES ECONOMÍA PUES NO ECONOMIZA UNA MIERDA SINO TODO LO CONTRARIO, DONDE QUEDEMOS ABANDONADOS A LAS FUERZAS ECONÓMICAS NUESTRO MUNDO SE HUNDE, SE HUNDE.

        Espero quede claro que quise decir.

  16. Bastiat permalink
    diciembre 17, 2011 8:21 pm

    Pues no….

    Ha quedado …. feo… grosero, diría yo y…. creo que sigues sin darte cuenta de que te estás haciendo un lío.

    A ver…. ¿Tu crees que puede haber un mundo en el que se pueda vivir sin la búsqueda del beneficio personal?

    ¿Si?

    A ver…. ¿cómo sería ese mundo?

    • Vlado permalink
      diciembre 18, 2011 1:21 am

      Lo que pasa es que tu no has entendido que el beneficio personal y el beneficio público no tienen por que estar separados, por eso invite a observar el caso del dilema del prisionero. En este mundo si perseguimos individualmente nuestro mayor beneficio seguramente llevaremos al mundo al peor escenario posible, tal y como sucede en el dilema del prisionero. Sin embargo, si buscamos el beneficio personal sin separarlo del beneficio común, seguramente llegaremos al mejor resultado posible. El mejor resultado posible para nosotros individual y colectivamente es que nosotros, nuestros hijos, nietos, etc. podamos gozar de un ambiente limpio, que de calidad de vida. Pero en pos de nuestro gozo personal pasajero, consumimos un monton de basura que no necesitamos y dañamos seriamente la capacidad de sustento futuro del planeta. Nuestro destino y nuestra fortuna esta ligado intimamente al destino de nuestra sociedad y de nuestro planeta de modo que es importante cambiar esa percepción del interés personal y darnos cuenta que todos somos vagones del mismo tren.

      Antes que me respondas algo quiero hacerte unas preguntas ¿Te gusta el rumbo que tiene la sociedad? ¿Te parece positiva la sociedad del consumo? ¿Crees como la mayoría de gente que acumular bienes materiales es la parte mas importante de la vida?

      • Bastiat permalink
        diciembre 18, 2011 6:56 pm

        “¿Te gusta el rumbo que tiene la sociedad?”

        NO. No hay suficiente libertad y ésta está poco defendida por las instituciones que nos hemos dado. Buscan más el beneficio de grupos de poder y gracias a la democracia, el poder está en manos de aquellos que nos usan en su beneficio. No hemos creado una institución para limitar al Estado sino que hemos creado un Estado para limitar nuestra libertad.

        “¿Te parece positiva la sociedad del consumo?”

        El consumo es algo voluntario, fruto de la libertad de las personas. No tengo yo mucho que hacer si la gente, voluntariamente, quiere consumir más de “lo necesario”… Por cierto ¿quién fija qué es consumir lo necesario? ¿El Estado?

        “¿Crees como la mayoría de gente que acumular bienes materiales es la parte más importante de la vida?”

        No. Yo creo que lo más importante de la vida es tener muchos buenos amigos, tener satisfacción personal en el contacto con otras personas, con otras ideas. Yo encuentro mucha satisfacción en el debate, en la contraposición de ideas, de argumento contra argumento…..

        Pero lo que tengo claro es que no puedo obligar a los demás a ser como yo.

        Y de todo lo anterior… Si no hay libertad, nada me interesa. Por eso es importante garantizar la libertad, la propiedad privada como garantía de esa verdadera liberad, la defensa de esos dos conceptos es la base de una sociedad justa. No habría contaminación si hubiera una justicia eficiente, si hubiera respeto a la propiedad privada.

        ¿Tú dejarías que tu vecino te echara la basura al patio de tu casa?

        ¿A que no?

        Pues eso.

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