L. von Mises. Vida y vivencias
Murray N. Rothbard recuerda en Lo esencial de L. von Mises, una cita que su maestro les dijo en alguna ocasión durante sus seminarios en los EEUU: “No les amedrante hablar, señores; tengan presente que, por erróneo e infundado que sea lo que sobre el tema digan, lo mismo ya anteriormente habrá dicho algún eminente economista”.
Admito que al leer dicha cita, como también al avanzar en la Autobiografía de un liberal misiana, sentí y siento cierta emoción. La figura de Mises despierta en mí una impresión muy llamativa; la vida y obra de Mises no pueden pasar como cualquier biografía más para cualquier liberal consciente de su credo. Su paso por este mundo y el legado que nos ha dejado, sirven como testimonio de lo que debe ser la lucha del que cree sin ambages en la libertad y en el ser humano como centro de toda acción científica y política.
Mises nació el 29 de septiembre de 1881 en Lemberg, hoy perteneciente a Ucrania, por aquel entonces parte del imperio austro-húngaro. No tuvo una infancia incómoda, o eso podemos pensar dado el estatus familiar. Se doctoró en Derecho y Economía en 1900, siendo miembro del seminario de Böhm-Bawerk.
Contrajo matrimonio en Ginebra, en 1938, con Magit Sereny-Herzfeld.
Una vez fallecido, su esposa tomó el manuscrito de su autobiografía con la intención de publicarlo. Margit desvela que su marido atravesó “un periodo de profunda depresión” hacia diciembre de 1940, en el momento de escribir ese texto. Por aquel entonces, y con razones más que obvias (dado el contexto histórico y su vida hasta el momento) Mises rezumaba pesimismo, advirtiendo el desastre generalizado que produjo el abandono del capitalismo y el liberalismo.
Comenta de una forma simbólica que quizá “el archiduque (Rodolfo de Habsburgo, alumno y amigo de Menger) no se suicidó ciertamente por una mujer, sino porque no tenía esperanzas en el futuro de un imperio y de la civilización europea” (p.68). Desde 1914, en el periodo de entreguerras y, durante es ascenso y consolidación de Hitler en Alemania, Mises sufrió en primera persona los horrores del socialismo, del ánimo liberticida, totalitario. Tuvo una vida abocada a la depresión psicológica; motivos no le faltaron. Hayek también sufrió de este mal, pero en su caso con mayor intensidad .
Entre 1909 y 1938 Mises formó parte de la Cámara de Comercio e industria de la Baja Austria, que en 1920 tomó el nombre de Cámara Vienesa para el Comercio, la Artesanía y la Industria. La carrera universitaria le estaba vedada, así que fue una buena oportunidad. Mises reconoce que a pesar de ser un funcionario más, orgánicamente hablando, llegó a ser “el economista del país” (p.106). El gran profesor tuvo vedada la entrada en el ámbito donde habría sido posible ilustrar a jóvenes mentes en un método y un paradigma a favor de la causa de la libertad.
Mises aceptó el ostracismo y se volcó en sus funciones, sin renunciar a la posibilidad de conectar con discípulos y compañeros a través de su seminario. Sólo consiguió ser nombrado, en 1918, profesor extraordinario en la facultad de Derecho de la universidad de Viena.
Merece la pena hacer mención de la anécdota comentada por Hayek en su introducción a la autobiografía de Mises. Comenta que fue recomendado por Wieser, tras doctorarse en Derecho, para ser subordinado de Mises, quien al entrevistarse con él llegó señalar que nunca le “había visto en sus clases”. En 1924, al regresar de América, Hayek fue admitido en su seminario. Dice Hayek que la Escuela Austríaca, a finales de los 70, “está hoy en actividad, casi exclusivamente en los EEUU, está compuesta por los seguidores de Mises y está basada en la tradición de Böhm-Bawerk”. Mises fue quien mantuvo con vida el ideal nacido de la mano de Menger llevándolo desde Austria a los EE.UU.
En el Despacho de la Cámara de Comercio dio vida a su Seminario de dos horas semanales sobre problemas de teoría económica. La afluencia, excepcional en comparación con otros seminarios sobre temas económicos y de ciencia social en general, rondaba los 50 asistentes. A estos no les convenía aparecer como alumnos suyos si querían obtener habilitaciones y demás dispensas estatales. Mises formó una gran biblioteca en su amplio despacho para compensar la prohibición de entrada a sus alumnos a la biblioteca del Seminario de Economía política. De este círculo surgió la joven Escuela Austríaca de economía. Mises no se tomaba a sí mismo como el gran maestro del resto; humildemente se autodefinía como un Primus inter pares.
Para darle fuerza y entidad al seminario, fundaron una Asociación, la Nationalökonomische Gesellschaft. En 1938, con la anexión a la Alemania nazi, aplicando las leyes de Núremberg, se forzó la expulsión de todos los judíos. Fue el fin definitivo de la agrupación (Mises y muchos otros eran Judios).
Vivió en primera persona los años más funestos de la historia de Europa central, el fin del Imperio Austro-Húngaro y el nacimiento de un Estado Austriaco por muchos considerado como incapaz de sobrevivir. Tras sus vivencias en la Gran Guerra, Mises adopta una posición responsable y comprometida con su país. Es él mismo quien se atribuye uno de los logros más importantes en aquel momento de crisis. Reconoce que “si en el invierno de 1918-19 no se impuso el bolchevismo, y si la quiebra de la industria y de los bancos no se produjo ya en 1921 sino sólo el 1931, se debió en buena parte al éxito de mis esfuerzos” (p.106).
Gracias a su labor de presión sobre Bauer, líder socialdemócrata, y a la colaboración de Wilhelm Rosenberg, antiguo alumno de Menger, logró que el equilibrio presupuestario y el bloqueo de la emisión de billetes estabilizaran la situación económica del país y, aseguraran el mantenimiento del orden público. Por otro lado también consiguió convencer a los cristiano-sociales en abolir las subvenciones para mantener artificialmente los precios. Mises no fue sólo un teórico, un profesor de economía, sino que contribuyó, y de qué forma, al auténtico bienestar social que sólo con un buen criterio puede alcanzarse en situaciones tan tensas y desesperadas.
Hizo frente en la medida de sus fuerzas a “la leyenda de la incapacidad austriaca de supervivencia” que “se convirtió para los nacionalistas alemanes en el argumento puntero a favor del Anschluss” (p.117) Curiosamente, en 1922, tras el saneamiento “misiano”, Austria estaba gobernada por Cristiano-sociales y partidarios de la “Gran Alemania”.
Aceptó en 1934 la cátedra de relaciones económicas internacionales en Ginebra (Institut Universitaire des Hautes Études Internationales), aunque conservó su puesto en la Cámara de Comercio. En 1938, tras el Anschluss, tomó la decisión de no volver a Viena hasta que no cayera el III Reich alemán. Influyó para aceptar la plaza ofrecida en 1934 el hecho de que desde dos años antes había alcanzado su derecho a la jubilación en la Cámara de comercio. Irse a Ginebra fue para Mises una liberación, al poder alejarse de sus tareas políticas. En Ginebra percibió un espíritu Liberal que no halló nunca en Viena.
Su marcha hacia los EEUU dejando Suiza se debió a que “no podía soportar vivir en un país que sentía mi presencia como un peso político y un peligro para su seguridad” (p.166) El matrimonio von Mises llega en 1942 a New Jersey con lo puesto. Su autobiografía comenzó a ser escrita en otoño de 1940. El propio Ludwig comentó a su mujer, Margit, que eso era todo, “no es necesario que la gente sepa más sobre mí”. Fue publicada en 1977, 4 años después de su muerte.
Nunca logró una cátedra retribuida en EEUU. Tuvo que conformarse con ser profesor invitado en el Graduate School of busness Administration de la Universidad de Nueva York en 1945. Rothbard recuerda con emoción las jornadas de seminario con Mises: “cuantos gozábamos del privilegio de asistir al seminario misiano de la U. de Nueva York comprendíamos que no sólo estábamos ante un economista excepcional, sino además ante un maestro incomparable” (Lo esencial de L. von Mises). En 1969 se retiró, lúcido y activo, de la vida académica. Murió el 10 de octubre de 1973.
Hayek comenta de su maestro que “nunca fue realmente un verdadero especialista”, hizo “una interpretación global de los fenómenos sociales” (p.34). De hecho el propio Hayek reconoce que el mismo “no creía al principio que sus argumentos fuesen completamente convincentes, y sólo (se) iba dando cuenta lentamente de que él (Mises) tenía razón en lo principal, y de que, después de cierta reflexión, podría encontrarse una justificación que él no había explicado” (p.41). Conservó cierta distancia epistemológica con quien le descubriera en su momento el grave error intelectual que supone el socialismo. Hayek, hasta ese momento fue un socialista fabiano. Al comprender la incapacidad de organizar el orden social de la nada comenzó su reflexión sobre el mismo, produciendo los grandes avances teóricos que hoy podemos disfrutar en todas sus obras.
Concluyo esta parte rescatando una cita de Mises donde queda en evidencia el pesimismo comprensible con el que encaró la confección de sus breves memorias: “Quería convertirme en un reformador, y en cambio me he convertido sólo en el historiador de la decadencia” (p.147).
Gran economista
(Aunque esta entrada tenía que haber salido hace un par de días, concretamente el 29 de septiembre :-P)
¿En qué consiste la distancia epistemológica entre Hayek y Mises? Hasta donde yo sé lo que Hayek especialmente alabó de Mises es que este diera una base epistemológica a la economía…
p.d: Me ha sorprendido que alguién que tiene como nick yosoyhayek considere a Mises el mejor economista de todos los tiempos :-O ¿No deberías apodarte entonces yosoymises 😛
Por qué el 29 de septiembre? Falleció el 10 de octubre, o eso tengo entendido…
Hayek fue más cosas que economista, fue un científico social completo, multidisciplinar, aunque en su momento, antes de que Keynes comenzará su desastroso reinado, fue el economista más famoso del mundo (temió la crisis del 29 años antes, cuando el resto anunciaban el crecimiento ilimitado). Mises pasó desapercibido, sus obras fueron traducidas al inglés demasiado poco y demasiado tarde… pero sin duda, en conjunto, fue el mejor economista del siglo XX.
Las diferencias epistemológicas fueron creciendo a medida que Hayek profundizaba en su estudio de las ciencias sociales, sus teorías sobre el conocimiento, el método y el racionalismo. Digamos que compartió varias impresiones con Popper y su idea e falsación. Pero esto es controvertido y cada uno tira para un lado. El apriorismo con el que Mises edifica su praxeología y las leyes de tendencia económicas no es del todo asumible por la actitud hayekiana… Pero este es un debate que admito, hoy por hoy, me supera.
Saludos!
El 29 de septiembre, porque esa es la fecha del nacimiento de Mises.
Realmente, es una entrada ilustrativa para quienes tenemos intención de empezar a empaparnos de Mises.
Gracias por el esfuerzo.
No es asumible ni por la actitud hayekiana ni por ningun cerebro con media docena de células grises.
Natxox, si te aburres y esto te da vidilla, adelante…
Night…, tienes razón, pero claro, no sería un número redondo, como 35 años. En 2011, cuando cumpliría 130 años, habrá que celebrarlo como se merece. No sé si en 2006 se conmemoró ¿?
Saludos!
Yosoyhayek, supongo que el «Mises Institute» realizó alguna conmemoración en el 2006. Al menos, artículos hubo, desde luego:
http://www.liberalismo.org/articulo/393/61/ludwig/von/mises/defensor/capitalismo/
Respecto a Mises y como observando tu blog he echado un ojo a los libros que recomiendas, me gustaría que me dijeras en tu opinión cuál sería la manera más adecuada de ir sumergiéndose en su obra.
Estoy tentado de hincarle el diente a «Human action» así «a pelo», pero Hazlitt en su «Economía en una lección» dice que es más asequible «Man, Economy and State» de Rothbard y que acerca mucho la obra magna de Mises. Lo que no sé es si «Man, Economy and State» está en español (desconfío de que en inglés pudiera sacarle el partido apropiado a obras de este calado).
Como quisiera empezar por lo menos
complejo, me voy a comprar de inicio «Lo esencial de Mises» del propio Rothbard. También me atrae mucho leer «Socialismo», pero en el artículo que he puesto más arriba indican que es mejor comenzar por «Burocracia» y «Planificando la libertad».
En fin, que me pienso gastar una pasta gansa en Mises pero querría hacerlo con criterio. Por mis limitaciones con el inglés me decantaré con traducciones y pena me da, ya que tenía intención de comprarlo a alguna empresa norteamericana para así contribuir a la economía del «Gran Satán», 😉 pero bueno, Unión Editorial también se lo merece.
Espero tu opinión.
Por qué el 29 de septiembre? Falleció el 10 de octubre, o eso tengo entendido…
Sin más, era porque ese día es su cumpleaños 😛
Yo me empezaría a leer directamente La Acción Humana, que está escrita muy clarito y merece la pena. En eta bitácora podrás encontrar las Lecciones de Economía política que imparte Huerta de Soto (Micro), busca en categorías. Si te lees su libro Socialimo, Cálculo económico y Función empresarial, será como si hubieras ido a sus clases. El resto, con ese bagaje, tú solo podrá configurártelo con criterio suficiente. Dicho lo cual, aquí estoy para aconsejar dentro de mi modesto conocimiento sobre el tema.
Saludos y ánimo! Merece la pena!
🙂
yosoyhayek donde puedo conseguir Murray N. Rothbard, «Lo esencial de Ludwig von Mises», en Jesús Huerta de Soto, Lecturas de Economía Política, vol. III, Madrid, Unión Editorial, 1987, pp 209-236.