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JOHN STUART MILL (Londres, 20 de mayo de 1806 — m. Aviñón (Francia) el 8 de mayo de 1873).

diciembre 30, 2008

La importancia que para el hombre y para la sociedad tiene… el dar entera libertad a la naturaleza humana para expandirse en innumerables y opuestas direcciones. JSM, Autobiografía (JSM y los fines de la vida, I. Berlin)

1. VIDA Y OBRA:

James Mill educó a su hijo bajo el patrón de perfección que él mismo había construido. Le aisló sometiéndole a una formación meticulosa mediante un método estricto, riguroso y exigente. A los 5 años sabía griego, a los 9 años, álgebra y latín. Excluyó de su educación la religión, a la metafísica, y poca poesía, nada de lo que Bentham tachó como fruto de la idiotez humana.  (JSM y los fines de la vida, I. Berlin)

Nos explica Berlin que llegado a su primera madurez, JSMILL sufrió una crisis personal, de hastío y abulia que le dejó inmóvil y desesperado… Síntoma de lo inhumano y extremo del trato al que fue sometido dentro de la locura utilitarista de su padre y Bentham.

Desarrolló la economía ricardiana introduciéndola junto con el utilitarismo benthamita en el ámbito intelectual británico.

Según Rothbard, JSM es blando, sensiblero, de ideas vagas, las sintetizaba incorporándolas a su credo. De ahí que “esa “síntesis” intelectual en permanente ampliación de Mill no fuera más que un vertedero de posiciones diversas y contradictorias”.

Estilo elegante y lúcido, dice Rothbard, capaz de enmascarar la “confusión de su bagaje intelectual”.

Concede un ejemplo de esta visión tan demoledora que nos concede Rothbard, recordar como Mill llegó a escribir, firmando con su nombre, un artículo elogiando a Bentham, mientras por detrás, escribía otro, esta vez  anónimo, criticándolo. Aun así puede decirse que Mill fue un benthamita moderado.

Dice Rothbard que sustituyo el laissez-faire de su padre por el socialismo moderado. Y así fue si analizamos algunas de sus ideas más relevantes a la par que chocantes.

Su táctica, según Rothbard, fue la de un Escepticismo práctico, caracterizado por tranquilizar y desarmar al enemigo mediante la conciliación aparente. En resumidas cuentas, engaño y duplicidad.

 A su haber como personaje “amable” y fácil de tener en alta estima casi desde cualquier credo ideológico podemos señalar su “militancia” Feminista “progresista”, y las vueltas que le dio al derecho de propiedad privada, culminando en una supeditación de la misma a esa  “función social” que sin duda supone abrir la caja de Pandora al totalitarismo.

1.3. SOBRE LA LIBERTAD:

En cierta medida tediosa, no tan clara como debería, Sobre la Libertad hace un brindis al sol en defensa de la Soberanía individual en todas las acciones humanas, reivindicando la no interferencia del Estado. Será  posteriormente cuando se dedique a introducir excepciones que legitimen “alguna” intervención por el “bien” de la sociedad y la felicidad del individuo.

Especial preocupación por el pensamiento minoritario, la libertad de expresión y la tolerancia: aunque no compartamos lo que digan, no sabemos si estarán en lo cierto y sean la vanguardia del cambio a mejor, por lo tanto, respeto absoluto y escrupuloso cuidado de las minorías díscolas. Límites?

 

1.2. LOS PRINCIPIOS:

Siguiendo el patrón de la Riqueza de las Naciones de Smith, se componen de tres volúmenes, accesibles para el gran público. Fue el texto estándar de economía hasta principios del siglo XX.

Rothbard se reafirma en su convicción sobre la actitud y calidad intelectual de Mill, su estrategia de confusión y moderación para “ablandar y conciliar a los numerosos enemigos del ricardismo”. Todos tomaron aprecio a Mill, menos Marx, dice Rothbard.

Mill introduce la Metodología hipotética del positivismo rompiendo con Say y Senior, aunque muchos estudiosos de su obra siguen afirmando que defendía cierto apriorismo en las leyes económicas.

Crea la idea del Hombre Económico falseando la naturaleza humana, logrando cautivar a los enemigos de la praxeología deductiva. La economía política no se fundamenta en supuestos correctos, sino sólo parcialmente verdaderos.

 

A lo largo de su obra, John Stuart Mill realiza numerosas concesiones al socialismo, profiriendo una “apostasía” al laissez-faire:

Usa un elevado tono moral reconociendo en el socialismo y el comunismo el sistema social “ideal”,  y se lamenta de su imposibilidad en este “mundo práctico y cruel”. Dice Rothbard que “los pro-capitalistas que empiezan reconociendo el fundamento moral de sus adversarios se exponen a perder la guerra a largo plazo, si no la batalla inmediata, contra el socialismo” (P.312, v.2).

Rothbard resalta una afirmación poco ricardiana: “mientras que los procesos de producción se hallan sometidos a férreas leyes de la economía política, no ocurre lo mismo con la distribución, que es libre y sólo está sujeta a la voluntad humana u a los ordenamientos establecidos por los hombres”. Lo vemos en el siguiente epígrafe.

Mill defiende, siguiendo a Ricardo, que la tendencia general de toda la economía es la consagración de un estado estacionario final de reposo. Supone el fin del crecimiento debido a varias causas, entre ellas los progresos técnicos, la ley de rendimientos decrecientes, la acumulación de capital y el incremento de la competencia de las empresas.

Ese equilibrio final es para Mill un objetivo social utópico donde el Estado por fin sería capaz de redistribuir la riqueza y conceder la total felicidad a la sociedad.

 

2. TEORÍA DEL VALOR Y LA DISTRIBUCIÓN:

Para JSM ni el consumo ni la utilidad influyen en el valor, aunque también desprecie la idea ricardiana de que pueda hallarse una medida invariable del mismo.

Su teoría del valor la presentó en función de los costes de producción en la que los costes monetarios representan fundamentalmente a los costes reales de las desutilidades del trabajo y la abstinencia del consumo de los capitalistas.

Sus afirmaciones resultan cuanto menos arrogantes, llegando a decir que sus postulados cerraban el debate en torno al valor: “felizmente, no queda nada ya en las leyes del valor que el escritor actual o futuro deban aclarar: la teoría sobre este punto está terminada”.

Toma la idea de abstinencia de Nassau Senior que implica que los beneficios (el interés) son “la remuneración por la abstinencia”, consiguiendo hacer un totum revolutum  introduciendo  la máxima que en el trabajo la única causa del beneficio.

Como hemos visto, Mill apuesta por la radical separación entre producción y distribución.  Esta diferenciación resulta artificial e inválida, para Rothbard. Siguiendo el argumento milliano la distribución podrá modificarse vía impuestos, subvenciones u otro tipo de intervenciones “sin que el mercado deje de funcionar o la producción se vea alterada”.

 Esto conlleva sin remedio la consagración de una dicotomía: por un lado están las leyes económicas de producción, inmutables, mientras por otro, debemos hablar de leyes sociales de la distribución, no estaban determinadas sólo por las fuerzas económicas, sino fijadas casi por completo a través de la voluntad individual de cada agente interviniendo las instituciones sociales evolutivas, es decir, cambiantes y adaptadas a las preferencias contingentes de todo tipo. Es obvia la peligrosa conclusión y los efectos de la misma en la construcción de la doctrina marxista.

3. FONDO DE SALARIOS:

Mill defiende que la oferta de trabajo varía en función de la población, mientras que la demanda del mismo depende del ahorro bruto, o capital circulante, disponible para pagar a los trabajadores hasta que la producción del bien finalice y se ponga a la venta.

Una subida de salarios conseguida a través de la coacción sindical genera una bajada en otro lugar.

Rothbard afirma que esta teoría supone un retroceso respecto a la Ley de Say, y dice que “la demanda y los precios de los factores de producción vienen determinados por su capacidad de producción de aquellos bienes de consumo que la sociedad desea y demanda”.

Aun así concede un fondo de verdad a la idea de Fondo de Salarios: “En un momento dado existe una cantidad de ahorro bruto disponible para la inversión en el pago de los factores de producción”.

 

 

Retractación sobre la doctrina del fondo de salarios:

Thornton, amigo de Mill, en su On Labour reintroduce el análisis de la demanda prevista de los consumidores. Este fondo de capital circulante también se emplea para pagar a los capitalistas (interés) y, según Rothbard, debería haber añadido las rentas de las tierras.

Mill se retracta ante la aportación de su colega, explicando su doctrina con más cuidado: Los salarios pueden subir reduciendo el beneficio a cero, pero esto generaría una pérdida de capital e incapacidad de ampliación del mismo: empobrecimiento de todos.

Rothbard sostiene que  la teoría del fondo de salarios es una parte de la teoría del capital de Turgot-Smith-Ricardo. Para Mill “la demanda de bienes no es demanda de trabajo”, es decir, la demanda de trabajo la aporta el capital aun cuando la demanda final la aporten los consumidores.

Mises: “el error básico de la ley de hierro de los salarios estriba precisamente en considerar a los seres humanos –o por lo menos a los asalariados- como seres movidos por impulsos animales. Quien admite esa ley olvida que el hombre, a diferencia de las bestias, quiere alcanzar además otros fines netamente humanos, que podemos calificar de elevados o sublimes” (p.787 AH).

 

Estructura temporal del capital: es un descubrimiento de Turgot, defendido también por Mill. El ahorro pasado a los factores antes de la producción y la venta  levanta la estructura de capital e incrementa los fondos pagados a los salarios y otros factores, es de este modo, sillar fundamental de la teoría austríaca de la estructural temporal del capital.

Mill, sin embargo, siguiendo las impresiones de Rothbard sobre su carácter dualista alaba la negociación colectiva, sin la que, afirma que los salarios caerían hasta el nivel de subsistencia.

Tasa decreciente de los beneficios: (interés) dice Rothbard que “los salarios no presionan de forma inevitable sobre los beneficios; y, segundo, (…) el descenso de las tasas de beneficio en el tiempo se debe a tasas de preferencia temporal o estancamiento, dado que este interés o tasa de beneficio sólo refleja los deseos y valores de quienes participan en el mercado”. Los tipos de interés son inversos a la provisión de capital: “no hay garantía de que estos tipos sean más altos en el exterior que en los países de origen como Inglaterra”.

 

 

4. TEORÍA MONETARIA: Mill  abandonó la posición al papel moneda no convertible por la escuela bancaria, defendiendo el papel pasivo del dinero, jugando una relevancia insignificante en los ciclos, es más, Mill defiende que los mismos son necesarios para el crecimiento económico.

 

5. EL GIRO AL IMPERIALISMO:

El Liberalismo clásico se asienta sobre los principios inquebrantables de Paz y libre cambio. Dos versiones conviven dentro del mismo credo, utilitaristas e iusnaturalistas.

James Mill postula una excepción a la regla general en el caso de India blandiendo un argumento utilitarista: es responsabilidad del hombre blanco gobernar a los “salvajes” indios. Propone una nacionalización británica del suelo indio estableciendo arrendamientos a largo plazo, con lo que JSM estuvo de acuerdo.

Bentham y James Mill excluyeron también a Irlanda de su determinación liberal aduciendo con vehemencia que la independencia irlandesa era políticamente imposible, según Rothbard, impelidos por el anti-catolicismo reinante en la anglicana Inglaterra.

JSM extendió el argumento sobre la excepción india de su padre a todo el mundo no civilizado. Una suerte de despotismo benévolo. Aceptó a regañadientes la independencia de las colonias desarrolladas de población blanca.

Capital excedente: los países desarrollados generan un exceso de capital que debe exportarse a las colonias. Esta idea fue defendida por Bentham durante un tiempo. James Mill logró persuadirle de su error. Mill padre, como cofundador, según Rothbard, de la ley de Say no puede sino defender que en realidad nunca habrá excesos de capital, la oferta genera su demanda. Su hijo, JSM, aun  retomando la ley de Say como legado paterno imposible de traicionar, dentro de su deriva imperialista quiso justificar su posición en base a la idea de capital excedente.

JSM se convirtió a la Falacia de Wakefield: acumulación inevitable de capital excedente en los países capitalistas avanzados, ergo, el capitalismo necesita económicamente el imperio para poder invertir: dice Rothbard que Mill fue “uno de los principales fundadores de la teoría leninista del imperialismo”.

 

 

 

6. SUPREMACÍA DE MILL:

Principles of Political Economy (1848) fue la fuerza dominante en la economía británica desde su publicación. Consiguió rechazar en 1870 la revolución marginalista de Jevons.

Legado según Rothbard:

-Teoría diluida del valor basada en el trabajo, o por lo menos, en el coste de producción.

Método positivista confuso que daba cabida a los inductivistas e incluso a los organicistas.

Devoción por el patrón oro contrarrestada con una teoría inflacionista y de escuela bancaria sobre ciclos.

-Adhesión al status quo de control y manipulación del sistema monetario por parte del Banco de Inglaterra.

– Volvió a imponer el sistema ricardiano, pero, según Rothbard, contradictorio, a modo de “revoltijo inasible”.

Sustituyó el entusiasmo por el laissez-faire por una “vaga creencia en el libre cambio”, con amplias excepciones.

 

 

7. LOS MILLIANOS:

            La Sociedad de apóstoles de Cambridge elaboró un estudio minucioso de los Principios de Mill. También tuvo impacto en Oxford, aunque no tanto.

            Bagehot (1826-77): siguió la distinción milliana entre producción y distribución. Acabó cayendo en un institucionalismo nihilista e historicista.

           

            Cairnes (1824-75): defensor convencido de la Teoría del coste de producción, en la que introdujo su teoría de los trabajadores no competitivos: donde no compiten inmediata y plenamente, sus precios son determinados por la demanda y no por el coste. (¡!)

Cairnes coincidió con Mill en que en las ciencias sociales no son posibles los experimentos, pero añadió que aun así disponen de una ventaja comparativa respecto a las ciencias físicas: el economista parte de un conocimiento de las causas últimas: motivos de la acción.

Leyes económicas, como leyes de tendencia, cualitativas, no cuantitativas. Advirtió contra la creciente utilización del método matemático en economía. Según Rothbard, se alejó de Mill en la medida que se acercó a la teoría del valor subjetivo.

Análisis cuantitativo de Cairnes, despertando el análisis de procesos de los escolásticos y Cantillon, según Rothbard advirtió los efectos distributivos: donde primero aparece el nuevo dinero primero se sentirán sus efectos inflacionistas y de despilfarro de recursos. Estos efectos se exportarán parejos a la exportación del oro.

            Fawcett: descubrió que el nuevo oro descubierto en Australia y California constituyó un novedoso capital que incrementó el fondo de salarios haciendo que subieran. Marx asumió esta idea aceptando que el final del capitalismo se retrasaría.

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