El País contra el Libre Mercado
Los necios aprovechan casi cualquier cosa para sacar a pasear sus miserias. Admitamos que la ocasión no podría ser mejor. El sistema financiero y monetario estadounidense toca fondo, se disuelve. Los tópicos son el mejor recurso para quien no tiene criterio. Admitamos de nuevo lo sencillo que resulta construir un discurso creíble haciendo uso de ellos y cuatro chorradas que suenen a macroeconomía. Si añadimos buenos índices y hechos, mal interpretados, el cóctel adquiere impecable calidad propagandística.
El País, que quiere seguir siendo el diario del progre feliz e ignorante, echa mano de lo que a nivel internacional ya se está convirtiendo en una campaña anticapitalista de primer orden. Economistas serios de paradigma defectuoso no pueden reconocer su fracaso en la predicción de lo que se nos ha venido encima en los últimos tiempos. Es más, no llegan siquiera a vislumbrar lo que nos queda por ver. Neoclásicos y monetaristas ven tirados por el suelo sus modelos, curvas y argumentario. Les cuesta aceptar que sólo los Austriacos pueden proporcionar una explicación extremadamente más certera y próxima a la realidad.
En su sección de negocios, este domingo lluvioso pre otoñal, El País despliega a lo largo de 30 páginas análisis, editoriales y artículos de autoridad, con una intención evidente: darle la razón a Gabilondo, o a González, con aquello de que esta crisis es para el Capitalismo lo que la caída del Muro de Berlín fue para el socialismo. Aunque así fuera no creo que la comparación dejará en tablas las consecuencias de uno y otro sistema. El caso es que ese Capitalismo del que hablan, identificado con el libre mercado, no existe, no ha existido durante estos años, y al paso que vamos, no existirá jamás.
Lo realmente fácil es construir hombres de paja, esperar que un rescoldo de incendio antiguo lo prenda, y postrado ante el incendio decir aquello de “ya lo sabía”. EL Capitalismo, según la línea editorial prisaica genera de forma natural ciclos expansivo-recesivos. No le falta razón, podríamos estar de acuerdo, porque esto que llaman capitalismo, efectivamente queda muy lejos de lo que podría ser un mercado efectivamente libre.
No voy a repetir todo lo expuesto hasta el momento en la bitácora al respecto. No me gusta aburrir, menos aun dar la sensación de que tengo la necesidad de taladrar ideas en la cabecita de nadie. Sería importante que nos preocupásemos más de esto. La propaganda estatista, sinóptica, arrogante del socialismo nos saca varias cabezas en la carrera por seducir a la opinión pública.
Joseph Stiglitz, viejo amigo de este blog, hace suya la máxima que sustenta de cara al gran público la campaña de intoxicación comentada. Paul Krugman sobrevuela las causas que han originado el brutal ajuste dirigiendo la atención hacia los métodos de intervención y control, dando por fracasados los hasta ahora vigentes en el mercado financiero norteamericano.
Le siguen titulares como: toca más ley y menos beneficio, o Recompensados por hundir Wall Street (en referencia a los ejecutivos de las entidades quebradas). Paul A. Samuelson recurre a tópicos de siempre: El capitalismo puro (no sé a qué se refiere…) no puede evitar los ciclos, la Reserva Federal debe manipular tipos para “amortiguar la volatilidad” del mercado, un poquito de paradoja del ahorro keynesiana (ejem) y poco más (sinceramente, nada explicativo). T.L. Friedman juega a dos bandas, lamentando la excesiva desregularización y descontrol (nada dice de la causa original de la crisis) pero pidiendo ante todo, transparencia (aquello de la “información perfecta”, supongo). Con el artículo de Stiglitz, sinceramente, he hecho una bola de papel y se la he tirado a mi gato para que se entretenga un rato (son 12 años, está muy cascado y necesita una alegría de vez en cuando).
Y cómo no podía ser de otro modo, llegan los nacionales (perdón, los compatriotas), Santiso, que no sabemos si se alegra de del futuro derrocamiento americano por China; Benito, que pide más supervisión y mejor regulación; o el más gracioso de todos, un artículo firmado por Ramón Jauregui (secretario general del grupo parlamentario socialista) y unos cuantos especialistas, por eso de respaldar las muchas chorradas escritas: “Señores, seamos más responsables”.
Concluyo con un breve comentario. Es imposible que en un orden extenso y complejo como es la Sociedad y el Mercado de nuestros días, puedan sus agentes, los actores, todos y cada uno de nosotros, en todas las facetas de nuestra vida, disciplinar su conducta, interiorizar el coste de sus acciones, cumplir de forma inconsciente las reglas que hacen posible la coordinación social en todos los órdenes imaginables, cuando impera la convicción sobre la necesidad generar regulación de forma intencional, sobre un territorio, con unos fines concretos y un conocimiento e información sesgados y profundamente insuficientes. Esto, que muy pocos se atreven a negar, supone el mayor atentado contra el orden social y la convivencia, generando sin remedio efectos como los que vivimos, no sólo en relación a la economía, sino todos los quebrantos y actitudes de irresponsabilidad generalizada que padecemos en nuestra vida en común.
La crisis procede del intervencionismo monetario, enajenando este ámbito fundamental para hacer viable el orden de mercado. Pero en un sentido mucho más amplio, todo desajuste generalizado y error masivo procede, siempre, de una coacción deliberada por parte de un órgano de planificación central. Que no vivamos en la URSS no quiere decir que los estados sostengan monopolios fundamentales que arrastran indefectiblemente crisis sociales y económicas. En cada una de ellas, el error intelectual se autorreafirma, solicitando más margen. En realidad, el buen observador, el que se preocupa por aplicar la mejor teoría disponible, percibe las causas reales de la descoordinación.
Como (casi) dijo aquél: ¿Libre mercado? ¿Para qué?
O mejor ¿A quien beneficiaría? A los que tienen el poder y el dinero, seguro que no.
Ni a los que cobran de ellos, como el ínclito Gabilondo. ¿Cuánto se reduciría el sueldo de Gabilondo con libertad audiovisual?
Buena entrada.
Genial como siempre yosoyhayek.
¿libre mercado? ¿para qué? … como ha sucedido siempre y esta no es una excepción, lo bueno del sistema liberal-capitalista es que las crisis son situaciones apropiadas para reformarse, para mejorar y por supuesto… para salir fortalecido del proceso, eso ES lo que le sucederá al sistema liberal-capitalista. Una característica excepcional de la que no pueden presumir los modelos socio-económicos (?) tales como el progresismo, el comunismo, el izquierdismo, el buenismo (?), etc. etc.
este domingo lluvioso pre otoñal
¿Sabías que hay vida más allá de Madrid? ¿Y que si publicas en Internet te pueden leer desde cualquier parte del mundo?
El sueldo de Gabilondo seria el que fijase el Partido.
Joer, Miquel, lo siento, es que desde el sitio en el que estoy veo el cielo y la calle… los domingos no me caracterizo por estar demasiado inspirado… 😦
Muy bueno lo del sueldo de Gabilondo. Ojala se lo fijase el Partido Comunista de Cuba.
Hoy, como usted, he leído el suplemento Negocios. Es un alegato del Capitalismo de Estado.
Dice usted que las causas de esta crisis (esto no parece una crisis, esto es el fin del capitalismo, más normalmente recibe el nombre de revolución) son bastante claras y no tienen que ver con el disfunciones en el modelo capitalista.
Creo entender que se refiere a usar «la tecnología que permite hacer dólares a discrección». ¿Es esta para usted la causa de la «crisis» (llamar a esto crisis me parece como llamarlo «desaceleración»)?
Yo creía que era la avaricia indecente de los ejecutivos de la banca de inversión. ¿Como puede el libre mercado regular esto por si solo?¿No es esto libre mercado?¿Qué es?¿Han sido Fidel y Hugo?¿Tal vez Bin Laden?
No me malinterprete, no soy en absoluto buenista, progre, sociata, pro-estatalista…
Hasta este viernes era un ferviente liberal. Pero no me engaño, y no se engañe. El capitalismo no existe y nunca ha existido.
Es solo el juego de siempre. Existió en la URSS, existe en Venezuela, existe en China, y por desgracia para todos, en EEUU. Se llama «yo y mis amigos ganamos, tu mierdecilla y tu familia, nos financias».
Y el Capitalismo de Estado, será más de lo mismo.
No llego a entender a qué se refiere, lo siento…