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El TS veta la objeción

enero 28, 2009

Aún no tenemos el cuerpo de la sentencia, que merecerá su debido comentario, pero sí el fallo: no ha lugar al derecho de objeción de conciencia. Veamos algunas ideas que quizá aclaren algunas dudas…
El Estado domina la educación y por ello trata de imponer su ethos. Los socialistas (del PSOE) confunden el ethos estatista con el suyo propio, arramplando con todo siempre que tocan despacho oficial. La educación en las comunidades con otra lengua además del español ha quedado, de forma suficiente, en manos de los entes autonómicos. Son ellos quienes tratan de imponer su propio ethos, que en este caso, pasa por la inmersión lingüística y la persecución de la lengua común.
La respuesta puede ser doble: o bien apostamos porque la educación siga en manos del Estado, en su contenido y regulación (no entro en la titularidad de los centros, porque ese es otro tema), y tratamos de consensuar un ethos común y estable, propio del Estado, que respete la libertad ideológica, hasta cierto punto, y mantenga los lazos lingüísticos existentes de forma espontánea (UPyD: no tienen nada en su programa más que esto), o… adoptamos una postura abiertamente antiestatista, y defendemos la libertad educativa y el fin del imperio estatal sobre este ámbito.

De este modo quien quisiera podría educar a su hijo en casa (fin de la escolarización obligatoria), o elegir entre centros privados con titulaciones y ethos particulares, incluida la lengua o lenguas en las que impartir las clases o como segundo o tercer idioma.
La segunda opción acaba con la controversia y hace desaparecer la bronca política en el tema de la educación. Desaparece el Estado: muerto el perro, se acabó la rabia.

Lo que yo he venido defendiendo y no pocas veces se me ha malinterpretado, es que si apostamos por la primera opción, refirmando la titularidad estatal, los liberales incurrimos en un grave error y una manifiesta contradicción.

Confiar a la disputa política y los consensos entre partidos la ideología y el ethos en el que se va a educar a nuestros hijos es un suicidio.

Mientras tanto, siempre y cuando seamos conscientes de que la segunda es la opción liberal, podemos luchar por la objeción de conciencia, pero tarde o temprano la apisonadora estatista vencerá (como parece que ha sucedido) y la resistencia de algunos no podrá con la ideología de Peces Barba y compañía. Por eso conviene tener claro el enemigo y el destino de esta guerra.

Saludos y Libertad!

20 comentarios leave one →
  1. enero 28, 2009 11:31 pm

    No comparto (con respeto, eh) tu postura, pero estoy de acuerdo con la segunda opción. Ahora, realmente, ¿la ves viable? Conozco experimentos similares (hay Estados en USA donde se puede «educar en casa», siguiendo siempre unos mínimos), pero sobre todo me interesa lo que apuntas como posibilidad de «elegir entre centros privados con titulaciones y ethos particulares, incluida la lengua o lenguas en las que impartir las clases o como segundo o tercer idioma».

    Creo (de nuevo con respeto, eh) que esa opción conlleva una ruptura brutal del concepto de sociedad (no de Estado, de SOCIEDAD): habría centros que ofertasen una educación liberal, otros que inculcasen el marxismo, el nacionalismo, el racismo, el nacionalsocialismo, diversas religiones, incluso sectas. La escuela y la educación al gusto. Creo que es debatible que el Estado pueda marcar a los ciudadanos con un currículo completo, pero parece el menor de los males.

    De otra forma, el hijo de un comunista, aprendería en la escuela que Marx fue un santo de inteligencia superior, e iría a alguna universidad donde le ayudasen a profundizar en el error, mientras que su vecino de enfrente, muy conservador, mandaría al niño a un colegio donde le explicasen que Dios creó al hombre y a la mujer, Darwin era un analfabeto; colegios y universidades para negros, para judíos, y etc, etc, etc… ¿Cómo sería convivencia en esa sociedad?

    Pero todo con respeto, eh,
    El Respetuoso

  2. enero 28, 2009 11:40 pm

    Si no hay unidad de ética me temo que su ideología es aún más disparatada si cabe. Porque sin dicha unidad no tiene sentido eso que a usted le apetece llamar «derecho natural» o «libertad».

  3. enero 28, 2009 11:53 pm

    Por lo que dices realmente crees que el Estado homogeneíza nuestras mentes, nos convierte en ciudadanos y vertebra la sociedad. Desconfías de tus congéneres, crees que todos o la mayoría acudirían en tropel a centros radicales, fundamentalistas… Crees que las sociedades extensas, capitalistas, nacidas del muto ajuste individual y la libre persecución de fines particulares, tienden a la ruptura y la descomposición.
    No te das cuenta de que la interacción en libertad, el mercado, como dijo Montesquieu, dulcifica las costumbres, las maneras, hacen posible la convivencia de millones de personas que se desconocen pero comparten ámbitos y servicios, contratan entre sí, generan información que beneficia a todos… La sociedad libre es paz, necesariamente. El Estado es violencia, pugna de intereses, organización de los mismos y la aspiración de todos a vivir del resto (Bastiat). La Política está para resolver conflictos, no para crearlos. Su espacio debe ser mínimo, localizado…
    Ese miedo que tú desprendes, discúlpame, es fruto de la ignorancia profunda de cómo funciona el proceso social, de la naturaleza de las instituciones que lo sostienen, del origen de conocimiento que lo nutre, de las bases, principios y valores que lo hacen posible. La ingenua creencia en que todo es fruto de la razón humana, que todo surge de un diseño deliberado, que nuestra mente es capaz de organizar la convivencia, construirla de la nada y lograr resultados o proyectar lo que debe ser el progreso de la humanidad.
    Discúlpame, pero incurres en un grave error intelectual. Hasta que no entiendas ciertas cosas comprendo que te aterre la libertad y te aferres como te aferras a la ilusión estatista.
    Saludos!

  4. enero 29, 2009 12:16 am

    Iracundo, profundiza, no seas superficial…

  5. juanat permalink
    enero 29, 2009 12:23 am

    Yo soy uno de los profesores a los que les ha tocado empezar a impartir esta asignatura. Desde mi punto de vista, la asignatura es más de lo que ya se venía haciendo en Ética. Desde ese punto de vista, la polémica es falsa puesto que ya se podía venir hablando de todos los contenidos que sus detractores critican. Por otra parte, me parece que una hora a la semana no es la solución a los males que pretende atajar.

    Respecto a los contenidos más polémicos: está claro que uno de ellos es el tema de la sexualidad, que al principio se comentaba iba a ser uno de los contenidos estrella. Luego, quizás por la polémica se ha ido rebajando hasta casi desaparecer. Pero en el tema de la homosexualidad, del matrimonio homosexual está uno de los escollos puesto que mucha gente considera que eso -que ya es una ley- va en contra de sus “valores morales”. Insisto, es ya una ley, por tanto, perfectamente “enseñable”. Otro de los temas-conflicto es todo lo que tiene que ver con la política: la asignatura pretende formar al alumnado en conocimientos sobre el sistema político, lo cual me parece muy deseable puesto que es un tema del que nunca se habla y luego pretendemos tener ciudadanos y ciudadanas críticos. Difícilmente se va a conseguir si no se educa en esos conocimientos y, sobre todo, si no se educa en ciertos valores. Y ahí reside, desde mi punto de vista, la mejor virtud de la asignatura: el fomento de los valores del respeto, del debate. Sin ellos, tendremos ciudadanos menos tolerantes y más “enrocados” en sus posturas. La sociedad es diversa y educar en la diversidad, la escucha y el diálogo me parecen tareas fundamentales e ineludibles. Mientras no hagamos esto, nos encontraremos con personas que se “tiran” sus opiniones a la cara pero que no las discuten razonadamente.

  6. enero 29, 2009 12:38 am

    La polémica en torno a la dichosa asignatura viene de su descaro, no tanto por los contenidos, sino por la intensidad con la que pretenden ser impartidos. Por desgracia se adoctrina en historia, en naturales, filosofía o lengua… todo el sistema es proclive al adoctrinamiento. Lo que ha molestado a un sector de los padres es que se apedreé la asignatura de religión mientras se impone una asignatura, obligatoria para todos, de esa naturaleza.
    Es evidente que el gobierno no va a lograr lo que pretende, no mediante estos mecanismos. A mí en ética me metieron todo tipo de falacias y sofismas constructivistas y anticapitalistas, y aquí estoy. No creo que una “maría” sea tan peligrosa. Lo que me aterra es que el debate haya expulsado la auténtica libertad de enseñanza de la discusión. Aquí todo el mundo asume que el Estado debe homogeneizar al personal dominando contenidos y forzando la escolarización.
    Por cierto, me parece estúpido pretender que los alumnos aprendan cosas que se aprenden fuera de las aulas. No hace falta que un profesor de secundaria se dedique a pedir respeto para los homosexuales, los inmigrantes o lo que sea. Tan imbéciles y bestiecillas somos? Tan estúpidos y necesitados de un formador todo poderoso? La libre interacción, el intercambio, la convivencia, los medios libres, todo eso y más cosas que viven ajenas al Estado son las que fraguan sociedades extensas, abiertas, plurales y pacíficas.

  7. enero 29, 2009 12:40 am

    YSH: gracias por el psicoanálisis. Ya me dirás donde te ingreso la minuta… 😉 Disculpas aceptadas, por supuesto. Pero recuerda que te dije que «estoy de acuerdo con la segunda opción». A mi siempre me ha gustado, y la he buscado, en la medida de lo posible, para mis hijos. Y te aseguro que conozco de primerísima mano la «libertad» educativa, al menos una muy superior a la europea. Y sé bien en qué ha derivado. Confío en el ser humano y en su libertad, pero también sé que ninguna libertad estará jamás libre (ironías) de aquellos que pretenden aprovecharse de ella porque tienen los medios y la capacidad de imponer Su Libertad.

    Juanat: punto por punto, todo lo que dices es cabal y lógico. Era mucho más invasiva y «objetable» una materia con el pomposo nombre de «Ética», y nadie pueso el grito den el cielo (porque no tocaba). Toda materia puede ser ideologizable y empleada para manipular a los alumnos (unas más que otras, claro), pero queda en manos del docente.

    «la asignatura pretende formar al alumnado en conocimientos sobre el sistema político, lo cual me parece muy deseable puesto que es un tema del que nunca se habla y luego pretendemos tener ciudadanos y ciudadanas críticos». Lo suscribo, y recuerdo que, en teoría, antes estos contenidos «transversales» debían tener una presencia especial en las materias de Ciencias Sociales. Osea, que el profesor de Historia tenía que perder clase para explicarle a los chicos de 17 años cómo SE VOTA y qué pasa con su voto, ese que podrán depositar ya en unos meses… o explicar cómo prevenir el SIDA o embarazos no deseados sin tener que confiar en que el profesor de Ciencias Naturales lo enseñe como parte del programa.

  8. enero 29, 2009 12:51 am

    Has dado en el clavo: El mecanismo, el cúmulo de medios, necesarios para que unos impongan sus fines al resto (no mal uses «Libertad»), y ese resto aspire a hacer lo propio con los demás, es el Estado.
    Buenas noches!

  9. juanat permalink
    enero 29, 2009 1:06 am

    No es que un profesor de secundaria sea la solución para que se respete a los homosexuales puesto que yo conozco muchos profesores que desde sus «cátedras» hacen lo contrario, explícita o implícitamente». En ese sentido, cuando se cierra la puerta del aula hay mucha gente que se considera en posesión de la verdad. La cuestión es que una asignatura permita que se pueda recordar que hay una ley que considera que todo el mundo es igual independientemente de su orientación o identidad sexual.

  10. enero 29, 2009 2:53 am

    En la exposición de este artículo se hace referencia a una eventual convivencia de éticas dispares. Dejando de lado los evidentes disparates políticos a que tal cosa conduciría debe dejarse claro que la posición anarcocapitalista de corte iusnaturalista parte de que sólo existe una ética: la llamada «de la libertad». Sólo existe la dialéctica dominador-dominado. Por eso resulta sorprendente que alguien cuyas diatribas proceden de esa afirmación de unidad ética venga aquí a hablarnos de las muchas éticas posibles. De hecho, uno de mis artículos más críticos con el anarquismo lo titulé «contra la unidad de la ética». Y es que éticas efectivamente hay muchas y algunas especialmente repulsivas y rechazables. Sólo una debe imponerse: y esto lo piensan todos.

    Dinámica de gases…

    Puede, no obstante, que se trate de la inevitable contradicción en que cae aquél cuya mente está llena de tabúes pero afirma no querer prohibir nada. Pero ya se sabe que la contradicción es amiga de los profetas: y a tal puesto aspiran los ancap. Aunque algunos, claro, aspiren también a sumos sacerdotes…

  11. enero 29, 2009 10:12 am

    Juanat, repito, no hace ninguna falta enseñar lo que uno ya conoce, o peor, instrumentalizar o articular ideas o nociones sobre la realidad que cada uno de nosotros debe componerse en su propia experiencia vital. Siguiendo tu argumentación deberíamos meter en un aula a todos los musulmanes procedentes de países represivos con la libertad sexual para darles clases intensivas sobre la igualdad jurídica entre hombres y mujeres o el derecho de cualquiera a mantener las relaciones íntimas libres y consentidas con quien desee. Esa educación a la que aspiras resulta ser ingenua y totalitaria: la sociedad es espontánea, se autorregula y se basa en un tipo de conocimiento e información que hace imposible esa aspiración de tener un Gran educador. Prefiero que sea Durex el que se ofrezca a las escuelas para explicar cómo se explican sus productos, o que esponsorice una serie de adolescentes o lo que sea…
    Iracundo, eres tan denso que te hundes sobre ti mismo. La ética es consustancial a la naturaleza humana, si no, no es ética. Solo hay una ética, que se va descubriendo paulatinamente y afirmando en principios estrictos, mínimos y de difícil o imposible articulación sistemática en un código ético completo. No confundas ética con moral o con reglas de mera conducta, tampoco niegues que dos esquemas culturales diferentes no mantengan algún retazo ético en común. Es una cuestión de desarrollo de las pautas que hacen posible su identificación. Las sociedades multiculturales, en este sentido, pueden desembocar de dos maneras: compartimentación o asimilación en cada vez más aspectos, sin que necesariamente se produzca una homogeneización moral, y menos aún tradicional.
    Cuando uso el término ethos lo que evito es hablar de ética, porque ética solo hay una. El ethos estatista es una amalgama de principios y valores con algún sustrato ético, pero tan envilecido que termina por ser anulado en muchas decisiones, como la que supone pretender el monopolio educativo. El ethos marxista, o el ethos conservador, o lo que más te guste, no son éticas competitivas, sino conjuntos de principios y valores con más o menos integración luchando por el dominio efectivo sobre la sociedad.
    Saludos!

  12. enero 29, 2009 12:26 pm

    Ya iba siendo hora de que la ley de educación se aplicase. Porque es tan ley como otras. No entiendo por qué la gente cree que la ley de educación se puede objetar, ¿acaso es una ley de segunda? y no entiendo por qué los jueces se creen con el derecho a legislar. Si las Cortes lo aprueban es ley y de sede aplicar.

  13. enero 29, 2009 1:56 pm

    Positivista… Los jueces dicen Derecho, y eso que tu llamas Ley, no es ley, es thesis, meros mandatos organizativos… la Ley auténtica es algo muy distinto a lo que decreta el Estado, lo haga a través de un ministerio o a través de las Cortes. Según tu criterio, y el de Kelsen (no tuvo reparos en admitirlo), las leyes nazis eran válidas, y como tales, leyes en sentido estricto… vaya, vaya…

  14. enero 29, 2009 2:21 pm

    No es que no me gusten las leyes de Nurember… je je. Coñas a parte, creo que la organización de la educación tiene los cauces para oponerse a ella. Pero como profesor de secundaria creo que si empezamos a objetar, yo hubiera objetado en galego. Y no pude, como debe ser.

  15. enero 29, 2009 3:38 pm

    Creo que es un problema de fondo que va más allá de la dichosa asignatura. Su obligatoriedad es obvia, lo objetable, en su caso, son los contenidos. En eso quedará la sentencia, que en los casos presentados, no entenderá vulneración de ningún derecho fundamental. Mi objeción es coherente porque objeto al sistema mismo que me impone un sistema educativo de forma irresistible… tiranía pura y dura enmascarada en buenismo racionalista, ilustrado y progresista… nada de eso, totalitarismo y poco más.
    Saludos!

  16. enero 29, 2009 3:47 pm

    «tampoco niegues que dos esquemas culturales diferentes no mantengan algún retazo ético en común.»

    No lo niego. Hay listas muy filtradas y estrictas de universales humanos. Lo que ocurre es que la propiedad privada existente en sistemas capitalistas es eso: propia de sistemas capitalistas. Y ocurre que la llamada sociedad abierta o sociedad capitalista es relativamente rara y, desde luego, política de los pies a la cabeza. Hay pruebas de sobra de que la propiedad privada no es cosustancial a la naturaleza humana. Y eso, que tampoco tiene mayor interés, viene a demostrar al menos que la ética capitalista (digamos: oferta y demanda o pactos «sunt servanda») no es un universal y desde luego no aparece por arte de magia o llega un momento en que no es discutible. Claro que es discutida (la cuestión moral más apasionante, de lejos, del siglo XIX-XX, como dice Antonio Escohotado, fue la idea del socialismo) y está ciertamente amenazada cíclicamente por fuerzas irracionales y no tan irracionales. Su defensa, en correspondencia a sus ataques, es una defensa política.

    Pero el anarcocapitalismo afirma que la propiedad privada, y los contratos «legítimos» derivados de ella, constituye un universal humano que niega cualquier ética «legítima»(calificada siempre de «agresión» o «esclavismo») más allá de si misma. Nadie duda del carácter contraintuitivo de semejante teoría, pero desde luego no puede partirse de ella y luego decir que hay éticas particulares que es posible incluír en el «sistema» anarcocapitalista. No se puede, al menos, desde una óptica iusnaturalista como la que se cultiva en esta página y «de poderse» no se correspondería ya con el anarcocapitalismo sino más bien con la idea de «estado mínimo» (aquél bajo el cual «son posibles todas las utopías») propia de Nozick o de feudalismo descarnado, con ciudades-estado y similares, de los ancaps llamados utilitaristas.

    «Es una cuestión de desarrollo de las pautas que hacen posible su identificación.»

    Pero eso es una profecía autocumplida. Es como cuando los nacionalcatólicos afirman sin pestañear que la democracia surge con el cristianismo o del cristianismo: habiendo sido, y siendo en gran medida todavía, grandes enemigos de la tolerancia, el concepto de ciudadanía y en general la modernidad que dio lugar a la recuperación de la idea de democracia o, más correctamente, de república (que es, recordemos, muy anterior al nacimiento del nazareno). En suma: que no se puede decir que esto o aquello es el objetivo último de toda evolución o desarrollo leyendo todo lo anterior en clave profética o determinista. No se puede, digo, sin caer en el género profético o dogmático que, nunca está de más recordarlo, es directamente contrario a cualquier talante liberal.

    «El ethos marxista, o el ethos conservador, o lo que más te guste, no son éticas competitivas, sino conjuntos de principios y valores con más o menos integración luchando por el dominio efectivo sobre la sociedad.»

    El pobrismo es una ética como otra cualquiera y desde luego tuvo implantación. Más implantación, de hecho, que el sistema capitalista de propiedad privada y contratos vinculantes en que vivimos actualmente. Los movimientos socialistas fueron en buena medida una resurrección de ese pobrismo pero sobre una base industrial: que en sus manifestaciones más violentas llegaron a ser verdaderos movimientos de barbarie industrial (véase el nazismo).

    La simplicidad anarcocapitalista, como cualquier otra, es muy atrayente «por explicarlo todo». Pero esa explicación general y dogmática se ve avocada a una contínua producción de literatura para «ocultar» contradicciones bajo el peso de las palabras. Pero lo cierto es que no tiene sentido ser un ancap por la gracia de Dios (o por «la naturaleza de las cosas») si acto seguido se sugiere la posibilidad de que Dios sea «uno de tantos» o que los del país vecino o la comuna de al lado niegan a dicho Dios. Y es que el pensamiento fanático del anarquismo llamado de mercado es tan contrario a la sociedad abierta como el socialismo. ¿Y por qué? Porque es la propia sociedad abierta (en sus manifestaciones a través de la intercomunicación informal de los pueblos o el imperialismo) la que hace imposible una sociedad lo suficientemente aislada como para seguir un credo contrario a la verdadera naturaleza humana (que obviamente dista mucho de tender al anarquismo).

  17. enero 29, 2009 4:16 pm

    Estás obsesionado con eso del anarcocapitalismo. ¿Has leído en este blog alguna proclama al respecto? A ver si entiendes que mi antiestatismo procede de una reflexión estrictamente liberal y científica, del estudio de los órdenes espontáneos y las organizaciones en contraste con el análisis del proceso social y de mercado.
    Hablas de propiedad capitalista, pero no defines ni lo uno ni lo otro. Interpretas en mis palabras que la humanidad está condenada a descubrir esa “ética ancap” que te obsesiona, y nada que ver. Simplemente digo que a medida que el orden social se hace más complejo hay una serie de hábitos y conductas indispensables para hacerlo sostenible y eficiente. Curiosamente el fondo o la sustancia de esas reglas coincide paulatinamente con un sustrato ético discernible, es decir, articulable no sin grandes limitaciones.
    Llevas todos los problemas a un ámbito en el que crees sentirte seguro, pero me parece que te fallan los conceptos, manejas entelequias y muchos prejuicios. Yo no soy como tú, así que no apuestes por una batalla entre sabiondos relamidos. Aquí nos esforzados por conceptualizar de forma tranquila y rigurosa. Si quieres pasar a la historia te recomiendo que sistematices tus ideas y las lances al mundo en un continente más atractivo que estas largos e inquisitoriales réplicas y contraréplicas.
    Saludos!

  18. enero 29, 2009 6:47 pm

    Iracundo: el liberalismo de YSH procede de que él es sabio, ilustrado, inteligente y culto, mientras que el resto somos una manada de prehomínidos analfabetos y de instintos primarios que no hemos salido de La Caverna. Parece mentira…

    (YSH: venga, te perdona mi minuta como manager si me perdonas tu minuta como psicoanalista) 😉

  19. juanat permalink
    enero 29, 2009 8:05 pm

    Yo no hablo de un «Gran Hermano», pero la escuela tiene una función educadora, no sólo instructora. Hay unos valores que deben ser promovidos, como el respeto a los demás aunque no piensen como tú, por ejemplo. Y si en muchas familias eso ni se huele y la TV enseña todo lo contrario, ¿cómo nos vamos a autorregular? ¿Hacia dónde?

  20. enero 29, 2009 8:32 pm

    AP (jaja), es curioso que despierte esas conclusiones, sinceramente… porque ni soy todo lo inteligente que me gustaría, ni todo lo sabio, ni todo lo culto… pero por suerte he llegado a comprender una cosa, que ahora veo sencilla e intuitiva, pero entiendo que os cueste, porque imagino que no sois ni más sabios ni más inteligentes que yo, y a mí me costó, 😉
    Juanat: la sociedad es plural y competitiva, en el sentido de que compiten propuestas y formas de entender la vida… de ese proceso surgen valores y principios estables. Por mucho ahínco que pongamos en incrustarlos en la cabecita de chavales de más de 5 años, de 10 o adolescentes, difícilmente lograremos nuestros objetivos. Esas cosas se aprenden desde que aparecemos en este mundo, se asimilan, interiorizan y disciplinan nuestra conducta. Confiar como se hace al Estado la educación de nuestros menores es un suicidio, promueve la irresponsabilidad y que los maleducados de hoy sean los padres del mañana. O confiamos en el muto ajuste en libertad, o a base de intervenciones no competitivas nos cargaremos el orden social. A los hechos me remito: e quién es culpa todo esto?
    Saludos!

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