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El trabajo no hace libres

octubre 15, 2010

            Sólo un individuo mediocre, que no ha sabido mantener el tipo como timonel de sus empresas; sólo un empresario sin imaginación como Díez Ferrán es capaz de escupir a la cara de los millones de trabajadores (sin connotaciones ideológica, por favor) de este país que deberían trabajar más por menos dinero. Especialmente cuando hay una generación de jóvenes que se van a hacer viejos ganando mil euros mensuales. Es esa la solución que usted propone, señor Díez Ferrán? No me extraña que le digan que se marche.

Se tiende a hablar de productividad y se obvia, a veces, que no siempre nos salen las cuentas con la ecuación +horas de trabajo= mayor productividad. La baja productividad tiene muchas causas y si un empresario es avispado habrá de analizar cuáles son y tratar de abordar el problema. Creo no equivocarme al afirmar que la cantidad de horas que un trabajador eche no está necesariamente en relación con su productividad. Otros factores entran en juego: motivación (laboral, económica), incentivos, auditorías, formación continua…. Muchas veces es cuestión de saber dirigir al trabajador, de conseguir enfocar su trabajo, o de habilitar su independencia.

El trabajo ni nos hace libres ni nos dignifica. Se trata de una exigencia para el individuo, de una base fundamental para garantizar el dinamismo de la economía y para favorecer el progreso humano en todos los campos. Es una peste, sí, pero una peste que ha mejorado nuestras condiciones de vida. Es la ejemplificación de que en el hombre, la lucha por la supervivencia ha alcanzado cotas de complejidad inusitadas.

Por supuesto, no podemos ignorar que existen el modelo americano o asiático de trabajo. Trabajo a destajo, compromiso (casi matrimonio, en el caso nipón) máximo con la empresa. Es deseable acaso? Se trata de un ultimátum? Lo que sugiere el señor Díez Ferrán tiene todos los visos de serlo. Y lo irónico es que además introduce el factor salario, pero a la baja. Se está riendo acaso de nosotros?

Desde luego que se está acabando la dulce era de la clase media, aquellos años en los que todos nuestros padres, salidos de los grises lustros franquistas, lograban el estatus de clase media: piso, cónyuge, prole, coche y vacaciones en la playa. Había variantes, más o menos sofisticadas. También existía (y existe, cada vez más nutrida y cada vez, al parecer, más formada) una clase media baja, que tiene que hacer malabarismo para llegar a fin de mes. Los jóvenes graduados de hoy en día ni eso. Su estancia en el seno familiar, bajo el ala protectora de los progenitores, se prolonga hasta bien entrada la treintena. El estilo de vida, por supuesto, no exige de estos jóvenes devaluados responsabilidades que les eran exigidas a sus progenitores. Por eso la juventud se prolonga. Y lo decimos nosotros, los jóvenes casi treintañeros, o treintañeros, con una sonrisa picarona. Como si el tiempo jugara a nuestro favor. Como si no nos salieran canas y arrugas.

Mas los augurios del señor Ferrán no vaticinan nada bueno. El mileurista de hoy en día, que ya de por sí encuentra difícil independizarse y forjar un núcleo familiar (se dice que hay una falta de valores y de compromiso, una irresponsabilidad por parte de estos jóvenes de juventud prolongada, pero yo tengo muy claro que son las circunstancias y no otra cosa), o independizarse a secas (para no cargarle con el muerto) ahora va  a pasar a ser seiscientos eurista (y brutos, además). Todo ello,  además, con un incremento de las horas laborales. Cree usted, señor Ferrán, que un individuo va a estar dispuesto a producir más por menos salario? La productividad, desde luego, no subiría. Y aumentarían los casos de depresión, intuyo.

Personajes como Díez Ferrán, incompetentes y faltos de juicio, demuestran que no sirven para regenerar el sistema. No estamos, creo yo, ante un callejón sin salida. El sistema se reinventa y no debemos caer en el pesimismo. Los logros del capitalismo no pueden acabar en regresión, pues el sistema se negaría a sí mismo.

Existen vías para aumentar la productividad sin cargarse la clase media y sin crear un sistema en el que sólo existan dos clases antagónicas, con sus matices. El proteccionismo de la socialdemocracia, el patrocinio estatal y los subsidios, es cierto, son parches que prolongan la agonía de un sistema que necesita regenerarse de otro modo. Pero aspiremos siempre a más, no a menos.

El trabajo no nos hace libres, sino esclavos. Esclavos de nuestra propia libertad.

Un saludo.

21 comentarios leave one →
  1. octubre 15, 2010 3:57 pm

    Muy de acuerdo, un post estupendo ATR.
    La ecuación típica de la productividad del trabajo depende del capital invertido en relación con el número de trabajadores, o capital per cápita, y se sobreentiende que se trata de un capital invertido en la persecución de fines, o producción de bienes y servicios, que son aparentemente más valorados por los consumidores, de acuerdo con las tendencias de un mercado libre. No cualquier inversión sirve o es productiva, menos aún si introducimos una perspectiva dinámica a la hora de analizar la idoneidad de cierto bien de capital, que no sólo debe medirse en términos estrictamente estáticos, sino también atendiendo a la naturaleza del proceso social, donde se genera conocimiento y se descubren nuevas necesidades continuamente.
    Díez Ferrán pretende ajustar de la manera más sencilla, explotando la debilidad en la que se encuentran quienes ofertan su fuerza de trabajo porque no disponen de otros medios para generar rentas. Vivimos en una sociedad de individuos pobres, esclavos de su trabajo, porque no se nos deja, y se hace todo lo posible para hacernos creer que es innecesario o inútil, afianzar un patrimonio capaz de proporcionarnos ingresos extra, ingresos en la vejez, o ingresos suficientes para no tener que trabajar. La socialdemocracia niega la condición de capitalista a la inmensa mayoría de eso que llaman clase media.
    Díez Ferrán hace cuentas y ve que a igual trabajo por menos salario, dicho trabajo resulta mucho más productivo para la consecución del fin perseguido. No se plantea que una mayor y más acertada inversión haga mucho más productivo el trabajo de los individuos, incluso de aquellos que han sido expulsados del mercado. Es decir, el objetivo no es en ningún caso trabajar más y cobrar menos, sino todo lo contrario, y eso sólo es posible en escenarios de mayor libertad, menos intervención y menos impuestos. Lo que hemos vivido hasta hace bien poco, en pleno auge expansionista, era la ficción del crédito fácil, el fruto de las malas inversiones generalizadas y la insostenible generación de puestos de trabajo. La socialdemocracia depende de estas inyecciones masivas, de estos engaños generalizados, de los ciclos económicos que provoca con sus políticas monetarias y financieras. Díez Ferrán no quiere cambiar nada, quiere seguir siendo la parte beneficiada, poco le importan los trabajadores, sólo le interesa mantenerse en una buena posición que le garantice ser de los primeros en recibir el impacto de la próxima era expansionista. Es por ello que sus opiniones económicas no merezcan ni la más mínima consideración.
    Repito, muy buen post, me ha gustado mucho.

  2. Esporádico permalink
    octubre 15, 2010 4:31 pm

    ATR, me parece que no has entendido nada.

    Saludos. E.

    • atr permalink
      octubre 15, 2010 6:03 pm

      Ilústrame, estimado E

    • Yosoyhayek permalink
      octubre 15, 2010 6:32 pm

      Explìcate, porque yo lo he entendido perfectamente y estoy muy de acuerdo

  3. JFM permalink
    octubre 15, 2010 4:34 pm

    Habría que recordar a los empresarios europeos tan prontos en invoar el modelo japonés, para los empleados claro, que este está basado en un modelo feudal y en este cuando el vasallo era atacado el seńor enfundab la armadura y con 50 grados a la sombra acudia en auxilio del vasallo atacado. Pues en el modelo japonés el empleo es vitalicio y si el empleado se ha dejado la salud en le trabajo no se le despide y se le deja morir de hambre. Son las compensaciones

    Si quiere que los espańoles se co:mporten como empleados japonese que se comporte como un empresario japonés. Y cuando se quiebra pues a ponerse el kimono, tomarse un vasito de saké, leer el poema y…

  4. Humberto permalink
    octubre 15, 2010 8:52 pm

    ¿Una invasión de replicantes se ha adueñado de los dueños de La Libertad y La Ley para reemplazarlos por los del Movimiento Stalin Vive?

    Díaz Ferrán es un payaso pero lo que ha dicho está cargado de razón y es Mises puro. Descontada la inflación la única forma de que suban los salarios de los trabajadores es mediante el aumento de la productividad, para que aumente la bajísima productividad hay que cobrar menos y trabajar más (es decir, producir más, no estar más horas haciendo como que se trabaja). Además han de favorecerse los beneficios empresariales para que los empresarios puedan reinvertir en capital instalado.

    Y España tiene un diferencial de competitividad de 20 puntos con los paises de su entorno, puesto que no podemos devaluar la única forma de cerrar la brecha es bajar los salarios y esto puede hacerse de dos formas: aceptando recortes voluntarios y drásticos o dejando que la inflación los recorte y que España decaiga rápidamente.

    • octubre 15, 2010 10:01 pm

      Hombre Humberto, sabes que no, que este blog sigue fiel a su estilo y a sus ideas, entre las cuales está evitar el dogmatismo y estar abierto a opiniones diversas, si bien en una misma línea de pasión por la libertad. ATR opina, y sé que desde una perspectiva liberal (austriaca, si lo prefieres) se le pueden plantear muchos interrogantes o matizar lo que dice, pero en conjunto creo que su post de hoy es excelente y resume muy bien la gran frustración que siente mucha gente cuando asiste a declaraciones tan vagas y tremendas como las de Díez Ferrán. Y es eso lo que yo he querido apuntar comentando este post: el jefe de la patronal no le hace ningún favor a los empresarios apostando por una medida estrictamente cortoplacista como la bajada nominal de salarios en un escenario de depresión económica haciéndola pasar por la mejor solución para todos nuestros males. Pero la realidad es otra, porque el mercado de trabajo ya se ha ajustado suficientemente en cantidad y en precio, es decir, en número de desocupados y en salarios. Quizá la rigidez salarial siga siendo un grave obstáculo en muchos sectores, pero te aseguro que son otras las medidas de política económica que podrían solventarlo sin necesidad de recurrir a la su revisión. Es decir, una cosa es la teoría, y otra la teoría aplicada, y en el caso de España no parece razonable centrarse tanto en cierto tipo de límites, barreras o regulaciones, mientras que de otras, las que mayor impacto tienen sobre la actividad, directamente no decimos nada. Díez Ferrán debe defender el ajuste presupuestario, la reducción del déficit público, la liberalización de mercados distintos al del trabajo, la bajada generalizada e intensa de impuestos… Esas son las medidas que sacarán a España de esta crisis creando las bases de un nuevo y sólido crecimiento económico. Sin embargo su objetivo es otro bien distinto, y quizá lo que expone sea más comprensible si el que opina es un empresario particular que en un momento dado entiende insoportable el coste laboral que ha de soportar, pero que por otro lado sabe que necesita la misma fuerza de trabajo de que ahora dispone (es decir, igual trabajo por menos salario, e incluso, más trabajo por menos salario), y no tanto cuando de un pretendido representante del “empresariado” se trata. Su fuerza y notoriedad debe concentrarse en las políticas generales que pueden sacarnos de esta crisis, y no a una visión extremadamente simplista y cortoplacista sobre el ajuste del mercado laboral en sentido amplio en una coyuntura económica dada.
      Es decir: España tiene un problema de productividad, en términos estrictamente competitivos, dada la realidad económica del entorno y el mundo que le ha tocado capear. Para que España sea más productiva resulta indispensable que se invierta más y mejor, y para eso es necesario liberalizar y bajar impuestos. No parece razonable que con un 20% de paro se haga demagogia económica hablando de ajuste salarial cuando lo prioritario es afrontar otras taras de nuestro sistema. Porque caer en eso sería casi idéntico a reproducir la misma estrategia que tú apuntas en relación a las devaluaciones que ahora no podemos ni soñar (gracias al Euro, que tiene algunas cosas buenas como esta), es decir, sacrificar el poder adquisitivo de los trabajadores exclusivamente por el lado de la renta disponible (lo que queda después de impuestos y cotizaciones), y no por el lado del expolio (lo que nos quitan en concepto de impuestos y cotizaciones). Y es esta postura la que se defiende en este blog:
      1. Si hay que ajustar a la baja los salarios, que no lo sufran los trabajadores en su renta disponible, es decir, que se compense bajando impuestos y cotizaciones, o reduciendo otros costes de producción elevados por culpa de la intervención del Estado.
      2. Si se quiere incrementar la productividad, que se deje invertir más y mejor, para lo cual deben liberalizarse mercados y además bajar los impuestos que gravan beneficios empresariales y rendimientos de capital.
      3. Toda política que apueste por ajustes inmediatos, cortoplacistas, y que no incida en revisar la estructura de intervención y fiscalización de la economía, a costa de sacrificar la renta disponible de los trabajadores, es una política injusta e inútil.
      Saludos!

    • atr permalink
      octubre 16, 2010 8:32 am

      Humberto, tu comentario es dogmático. Hemos todos de pensar igual? Robotismo del pensamiento, viva!
      La virtud de Yosoyhayek es que, no pensando, ni por asomo, igual que otros (pongamos, yo) deja que nos expresemos libremente (te remito al nombre de su blog). Insisto (lo he dicho varias veces): él nunca me ha puesto pegas, ni me ha editado, ni nada por el estilo. Si ha de replicarme lo hace, y lo ha hecho en multitud de ocasiones, pues nuestra discrepancia es grande.
      Si quieres leer sólo sermones ideológicos que casen con tu ideología te invito a que pases de mis posts y te remitas a tus biblias particulares.

      Un saludo

  5. Marta permalink
    octubre 15, 2010 11:18 pm

    Flipo con algunos comentarios. Yo tengo clarísimo que si pudiera no trabajar, no trabajaría. Vamos, que el trabajo me parece una estupenda forma de gastar tu vida de 9 a 6, ó a 7 ó a 8…. Es una imposición para tener ocupada a la gente y que no piensen. Si todos nos negáramos a trabajar y a producir (¿producir qué?) no pasaría nada, se inventaría otro sistema que funcionaría igualmente. Pensadlo seriamente. Qué vida más triste todos los días igual, el despertador, ir a tu oficina, tu día se va en lo que te manden, volver a casa, un rato de familia o de tele y a dormir. Ideal.
    Para vuestra información en Dinamarca no se trabajan más de 37 horas semanales (y estoy hablando de gigantes tipo IBM) porque han visto que no es productivo. Cierto es que allí no van a perder el tiempo al trabajo. Pero cómo aquí está bien visto echar horas pues no te queda más remedio que hacer un poco de hogar en tu trabajo (tus cafés, tus comidas eternas, tu internet, tu facebook….). No pretenderán que esté un tío 10 horas seguidas produciendo de lunes a viernes como si estuviera fresco como una lechuga. Así que lo que consiguen es eso, poca productividad y muchísimas horas. Y no hablemos de los sueldos, que aquí dan pena. Por favor, algunas ofertas inducirían a la risa si no fuera porque son reales. 600 euros al mes por currar 8-10 horas, licenciado, dos idiomas, experiencia… De coña. Eso sí, la culpa también es de los que aceptamos estas mediocridades.
    Los que querais trabajar más y cobrar menos adelante majetes. Yo repito. En cuanto pueda dejo de currar y me dedico a disfrutar de la vida, que es muy corta!!! Que trabajen otros. Total, aquí no creo que me pueda morir de hambre….

    • octubre 16, 2010 10:05 am

      Existe una cosa que en economía se llama “desutilidad del trabajo”, y que se resume en algo sencillo: trabajamos, extroversivamente, porque no nos queda otra. En el momento en que alguien disfruta realizando una labor, incluso aquella por la que le pagan un sueldo o recibe cierto beneficio, se considera trabajo introversivo, y por tanto carece de desutilidad, porque en realidad lo hacemos por gusto, por lo que la propia actividad representa para nosotros y nuestra felicidad. El resto de trabajos son un coste, una carga que aceptamos soportar a cambio de podernos garantizar la consecución de otros fines que valoramos más que el tiempo y el esfuerzo invertido en “trabajar”. Y así es la vida, y no puede ser de otro modo. Podemos renegar del oficinismo, la rutina y demás, pero no nos queda otra que trabajar. Incluso Paris Hilton trabaja, cuando una mañana se lamenta al levantarse a cierta hora para acudir a una sesión de fotos guarras o un reality televisivo. Si se lamenta, es trabajo, sino, ocio rentable, que es lo que mejor que le puede suceder a uno, supongo.
      En cuanto a que en otros países se trabaje menos por más, tiene que ver, y mucho, el volumen y la calidad del capital invertido, es decir, a mayor y mejor capital per cápita, los salarios tienden a ser más elevados, lo que se traduce en menos horas de trabajo y mayor renta disponible o más servicios a nuestra disposición, si es que vivimos en una economía fuertemente fiscalizada y con un Estado de bienestar extenso, como sucede en esos países. Siempre lo digo, pero nunca está de más: no es que la socialdemocracia escandinava funcione, sino que se practica sobre economías muy ricas y productivas, lo que hace de la fuerte regulación e intervención aparentemente inocua e incluso satisfactoria (eso es lo que se ve, porque en realidad siendo tan ricos como son, su Estado de Bienestar no solo es innecesario para satisfacer cierto nivel de servicios básicos, sino que además frena y limita un desarrollo económico mucho más intenso aún). En España reina la cultura del escaqueo, que no es más que la consecuencia de la asfixia moral que padecemos, dado nuestro modelo maternalista (más que paternalista) de Estado, es decir, la gente se relaja y confía en lo mullido de su entorno, y es por eso que los funcionarios, o los trabajadores de grandes empresas, o de empresas en las que sencillamente el gerente pasa igual que sus empleados, tienden a ser absentistas, descuidados, ineficientes y vagos. Si esto se solucionase le sacaríamos más rendimiento al capital que ahora tenemos, y seguramente nos volveríamos más responsables, inquietos y creativos, reflejándose todo ello en un incremento de la actividad y la coordinación, pero sin capital, por muy aplicado y formado que uno sea, no hay nada que hacer, y en España lo que hace falta es que se invierta más y mejor por agentes privados. Esa es la clave para que podamos trabajar menos por más, y nos convirtamos en trabajadores más eficientes de lo que somos.
      Saludos!

      • atr permalink
        octubre 16, 2010 10:36 am

        No se puede pensar que lo que funciona en los países escandinavos, con poquísima población (y restricciones en materia de inmigración) va a hacerlo en países más densamente poblados. De todas maneras ya se está cuestionando en estos países el susodicho modelo.
        La clave no está en las horas sino en la manera de invertir y manejar las inversiones, en efecto.

  6. atroma permalink
    octubre 16, 2010 7:09 am

    Marta, con todos los respetos, no has entendido nada de lo que están discutiendo, puesto que es precisamente lo que dices lo que mantienen en sus exposiciones dialécticas, los aquí tertulianos. Aquí el problema no es lo que dice Ferrán, sino como lo dice, además de estar incapacitado por su maltrecha experiencia. Trabajar más, no es hacer más horas, ser más productivo tampoco, a la vez de que hace una mirada a la realidad del tejido empresarial español. Aquí, en España, no se hace nada excelente. Hacer algo excelente es hacer algo vendible, sin más. No vale hacer botijos en menos horas si luego no se venden. o piruletas con sabor a vinagre. Ese es el drama español, y no otro. Por lo que Ferrán entiende que si seguimos en esta dinámica, no nos queda otra que plegarnos a lo que dice. Es decir, un análisis en corto de cómo salir de esta. Porque cambiar el tejido productivo está muy bien, pero eso se debe hacer, para que funcione, en la privada. Por lo que cambiar la mentalidad del español se necesita tiempo y formación, en un país donde los licenciados lo máximo que aspiran es a ser funcionarios. Tiempo y formación que no se tiene para salir de una crisis tan aguda como la que se vive aquí en España.

    A nadie le gusta trabajar, sobre todo por la rutina. Por lo que si hay un sistema capaz de darte la posibilidad de no hacerlo es el que se defiende desde este lado de la visión política. Prueba a no trabajar en un país comunista, iras a la cárcel. En un sistema liberal el empresario no va a tu casa a levantarte y llevarte en pijama al trabajo. Vas tu solita. y Vas porque el beneficio que obtienes, aunque no sea del todo agradable, es el necesario para poder hacer en libertad lo que tú quieras. Puedes dejar de trabajar cuando plazca. En otro sistema que no sea el comunistas, pero que la intervención es presente y absoluta, tendrás que trabajar, al menos, para pagar tributos. Y no está mal si esos tributos fuesen a las rentas, no así a las propiedades. El precio de hacerte con un huerto, y una granja, para tu nivel de supervivencia, es relativamente bajo. Y si no lo haces es porque buscas algo más. En cuanto a que trabajen otros, a mi me parece perfecto, como diría zapatero; estas contribuyendo a que otros tengan trabajo. Y corbacho, que cree en lo que dices, según el mismo expresa “que se ha comido el marrón” como si hubiese sido el elegido para “hacer hogar en el trabajo”

  7. octubre 16, 2010 2:59 pm

    Pues yo en lo fundamental estoy de acuerdo con Díaz Ferrán (sin entrar a valorar al personaje): la reestructuración de la economía en buena medida pasa por aumento de la productividad vía reducciones salariales (trabajar las mismas horas por un salario menor). Así ha sido en UK, por ejemplo. La flexibilidad de su economía ha permitido reducir salarios para adaptarse a las nuevas circunstancias económicas, sin que el paro apenas haya aumentado. En España la rigidez de los convenios colectivos etc. no ha permitido esta adaptación/reestructuración. ¿Resultado? El paro se ha disparado.

    Nadie habla de pasar de los 1000 euros a 600 euros (?) al mes, ni de que esto tenga que afectar a todos o a la mayoría de trabajadores. Pero sí tiene que darse en determinados ámbitos que exigen reestructuración.

    Basta ojear este gráfico:

    http://randomspaniard.blogspot.com/2009/12/que-crisis-soy-funcionario-britanico.html

    Esto en España no ha ocurrido.

    También recomiendo esta reciente entrevista en TV3 a Jonathan Pepper, analista de la City (la entrevista es en castellano). En particular, cuando muestra y explica los gráficos comparativos de UK, USA y España (salarios y nivel de desempleo). La sección de Niño Becerra es delirante y prescindible.

    http://www.tv3.cat/videos/3118750/Jonathan-Tepper-el-malson-continua

    Un saludo

    • atr permalink
      octubre 17, 2010 2:12 pm

      Hola,

      el gráfico que muestras se ocupa tan sólo de los funcionarios británicos (que, por cierto, no tienen nada que ver con los nuestros, puesto que no hay oposiciones). El estado se ha tenido que apretar el cinturón y ha habido (está habiendo) reducción de plantilla en el ámbito estatal. Pero no existe ningún personajillo tan estúpido como para insultar a los trabajadores sólo para salvar él sus empresas. No sólo muestra su falta de solidaridad y su baja estofa, sino que dado que carece de la imaginación suficiente para encontrar otras vías, no merece lo que tiene. Desde luego, crédito, ninguno. Hacerle caso significaría condenar a nuestro país a la miseria.

      • octubre 18, 2010 10:17 am

        ATR,

        Creo que no te has detenido a observar el gráfico. En él se muestran las series del sector privado y el sector público en UK. El salario medio ha subido en el sector público (2.4% en los primeros 9 meses), mientras que en el sector privado ha caído de media más de un 1%.

        Compara este gráfico con los que muestra Tepper en el programa que enlazo arriba: en España no ha habido ningún ajuste de salarios, y en contraste con el Reino Unido, el paro se ha disparado (en UK y en USA, cuyas economías más flexibles han permitido un ajuste salarial, el paro se ha mantenido bastante más estable).

        De nuevo, no entro a valorar al personaje. Ni tampoco en las consideraciones más de tipo estratégico de José Carlos. A lo mejor tenéis razón en eso. Pero la frase de la discordia no es ninguna burrada, y es de hecho lo que ha sucedido en UK, donde la crisis no se ha traducido en un 20% de paro (que es lo que a mí más me tiene escandalizado).

        Un saludo a los dos

      • octubre 18, 2010 2:45 pm

        Albert, es cierto que nuestro 20% se debe a la rigidez de nuestra legislación laboral. Obviamente, en España no tenemos un 20% de desempleados, porque son muchos los que trabajan a cambio de salarios que sí se han ajustado a las nuevas circunstancias, pero que lo hacen en b, en negro, o fuera de los cauces legales total o parcialmente. Y es este vicio del sistema, la clandestinidad de una parte muy considerable de la economía y el empleo, el que lo corrompe y descoordina por completo. Es decir, nuestro 20% de paro esconde un ajuste de salarios, no sólo insuficiente, sino que además es la demostración de que el actual modelo de intervención trampea, es ineficiente e impide que la crisis cumpla su función como paso previo a la recuperación.
        Saludos!

  8. octubre 16, 2010 3:03 pm

    *Quería decir Jonathan Tepper, no Pepper.

    • octubre 16, 2010 5:49 pm

      Albert, creo que darle la razón a un inepto como Díez Ferrán es muy peligroso, porque puede que no esté defendiendo exactamente el tipo de ajuste que tú señalas con acierto. En España tenemos el paro que tenemos fundamentalmente porque nuestra estructura productiva era insostenible, y con el derrumbe de los sectores sobredimensionados en época expansiva, toda la economía ha acabado contagiándose. Lo cierto es que la gente normal, y en eso incluyo al 99,9% de la población española (incluidos Ferrán, Zapatero o Rajoy) no llegan a entender es que ajustar el coste laboral no supone necesariamente reducir aún más la renta disponible de los trabajadores. Es decir, los salarios pueden caer sin que quienes los reciben lo padezcan directamente. Y es que resulta que de cada salario el Estado detrae, entre impuestos y cotizaciones directas entre un 30 y un 50%, es decir, que la renta disponible del trabajador no es sino el 70 o el 50% de lo que realmente le cuesta al empresario contar con sus servicios. Díez Ferrán habla de que los trabajadores vean aún más reducida esta renta disponible, en vez de ajustar a la baja los salarios por el otro lado, el que acaba vía fiscalización en manos del Estado. Lo peligroso de todo esto es que ese 99,9% del público se queda con los empresarios pretenden que trabajemos más por menos, porque es eso en realidad lo que las estrechas mentes de la patronal pretenden. Aquí nadie cuestiona la carga fiscal que soportamos, ni piden que se reduzcan las cotizaciones, ni luchan por liberalizar mercados y reducir subvenciones. La patronal lo que quiere es sobrevivir a costa de lo que sea, incluida la renta disponible de los trabajadores. Algo parecido ha sucedido con el Estado, que en sus planes de ajuste en vez de recortar y redimensionar la administración, ha optado por lo fácil, lo inmediato y lo que deja todo igual a costa de sancionar a unos asalariados: bajarle los sueldos a los funcionarios. Con soluciones así, tan desconocedoras de las verdaderas causas de esta crisis así como de las recetas y reformas que realmente nos harán salir de ella con paso firme, no creo que el liberalismo consiga vender su programa político.
      Todo el que sabe un poco de economía sabe que si queremos reducir el desempleo debe invertirse más y mejor creando así más puestos de trabajo e incrementando la productividad, y si también fuera necesario deben reducirse los salarios. Pero, Albert, por qué diablos comprometerse con un señor como Díez Ferrán que en su discurso ignora por completo este razonamiento? En serio, creo que sin explicar las cosas no se consigue nada, y o se entiende que hay formas más justas de reducir el desempleo, de la mano de menos intervención, menos impuestos y que una eventual bajada de salarios se refleje exclusivamente sobre la parte de los salarios que incauta el Estado, y no sobre aquella que queda disponible para el trabajador, o convéncete de que nunca el liberalismo conseguirá atraer la conciencia de una mayoría suficiente que apoye estas reformas. Repito, por enésima vez, Díez Ferrán no quiere lo mejor para los españoles, sólo quiere que sus empresas, y todas las empresas quebradas o medio quebradas a las que representan, salven su culo bajando salarios con la excusa de que esta es la única manera de activar el mercado laboral. Esto es incierto, es impreciso y exige ser explicado. Y creo que es lo que yo estoy haciendo.
      Saludos!

    • atr permalink
      octubre 18, 2010 7:50 pm

      Hola Albert,

      Te has fijado en el hecho de que en el sector público están reduciendo plantilla a saco? Las reestructuraciones van a ser fuertes, y eso se traduce en menos puestos de trabajo.
      En el sector privado incluso se habló de reducción de jornadas para repartir el trabajo. En efecto, conozco a gente en la City que ha tenido que sufrir recortes salariales, pero no ganaban salarios ridículos, mezquinos, raquíticos, como en España. Lo de nuestro país es escandaloso y por eso la cuestión está fuera de lugar y me parece hasta ofensiva. Se precisa regenerar el sistema, hacerlo más flexible, más productivo, y permitir que, también, haya más poder adquisitivo para así, generar riqueza, consumo y movimiento de capital..
      Un saludo

  9. Ashigaru permalink
    octubre 16, 2010 6:22 pm

    Ya lo dije en otro post, pero vale la pena recordarlo. Una vez, mi ex, que es de Freiburg me comentó:

    España, las 20:35… -Hombre Bermúdez, ¿No se va a casa?- dice el jefe. -No, estoy acabando una cosa para mañana- responde el empleado. -Qué tío este Bermúdez, si todos fuesen como él- piensa el jefe.

    Alemania, las 19:20… -Vaya Otten, ¿Qué está haciendo todavía aquí? -dice el jefe. -Pues rematando un asunto para mañana- responde el empleado. -Vamos a ver Otten, ¿Dónde está el problema? Se supone que debería haber tenido suficiente tiempo para tener esto listo- espeta el jefe.

    Yo soy un tipo de lo más bohemio, no me gustan los horarios, pero no me importa trabajar más horas, o en domingo si es necesario. Pero un empresario alemán me preguntaría seguramente por qué tal cosa sería necesaria.

    Ahí es nada.

  10. Andres permalink
    febrero 3, 2011 2:58 am

    Perdona que te diga, pero , los pisos, las vacaciones etc que consiguieron nuestros padres , no se consiguieron , en muchos casos ,despues de los»lugrubes y grises» lustros franquistas, sino que mucho de ese progreso se consiguio dentro de la propia etapa franquista.

    Para gris y lugrube ya tenemos el presente y el futuro, ya quisieramoes estar ahora en una epoca de desarrollo como la de entonces.

    ¿Quizas tus padres tenian 15 años en 1973?

    Si teniamos poco con lso progres sociatas, a ellos se suman los progres burgues-liberales, dos caras de la misma moneda.

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