El Rey socialista

O mejor dicho, el socialismo del Rey. Visto (y oído) su tradicional Mensaje de Navidad, da pena que Escolar hijo no haya acertado y SM no aprovechase los cambios en el formato de su discurso para abdicar. Aunque precisamente su hijo no es el mejor paradigma de la Libertad.

Que el Rey es socialista no cabe duda, pero no por haber leído un discurso que parece redactado íntegramente por la Moncloa en el que por primera vez se hace referencia a la forma de ejercer la oposición al Gobierno. Por esto se le puede calificar de sectario, pero no socialista.

Es socialista, y estatista, porque en su discurso no hace ni una sola mención a la iniciativa privada, a la perspicacia individual o a los mercados no intervenidos como solución y salida a la crisis económica. Un discurso que perfectamente podríamos poner en boca de Zapatero o de Rajoy, en el que se defiende a un Estado fuerte como panacea para todos los males afectan a la sociedad, desafíos los llama el Monarca:

Desafíos que van desde la lacra del terrorismo, la crisis económica o el cambio climático, hasta las pandemias o el narcotráfico. Todos ellos requieren de la acción conjunta de los Estados.

Da igual que algunos de esos desafíos sean, no me atrevo a decir inexistentes, pero sí magnificados al extremo; lo mismo que otros tienen su origen precisamente en el intervencionismo y la solución a todos no pasa por un mayor y más fuerte Estado o acción conjunta de todos ellos.

El Rey igualmente aboga por que los agentes políticos, económicos y sociales tomen decisiones en materia económica, educativa, medioambiental, energética o tecnológica para seguir progresando los próximos años. Cree que la planificación estatal es la mejor manera de satisfacer las necesidades de los ciudadanos, demostrando su escaso conocimiento económico e histórico.

Y por supuesto, su sueño, poner fin al desempleo, garantizando la más alta protección social a quienes lo padecen. Podría dedicar parte de su tiempo a estudiar los orígenes del desempleo masivo que sufre España y a pensar de donde sale la más alta protección social (quizá del mismo sitio que su sueldo) y si mantener esta es la mejor forma de fomentar la creación de empleo.

En definitiva, el Rey, como ya sabíamos, es Estado y enemigo de la Libertad, pero no el más peligroso ni el más difícil de hacer caer, aunque con la alternativa que todos pensamos dudo mucho que fuéramos a ganar algo libertariamente hablando.

Saludos y Felices Fiestas!!